viernes, 5 de abril de 2013



CONSIDERACIONES SOBRE "GRANDES ESPERANZAS"

Tengo que reconocer que lo que he leído de Charles Dickens me encanta. Parte de mi paso de la adolescencia a la mayoría de edad ha sido disfrutando de "Cuento de navidad", "Oliver Twist", "Historia de dos ciudades" o este "Grandes esperanzas". Dickens escribe de forma detallada, muy realista, con una acentuada crítica a la diferencia de clases en el contexto de la revolución industrial. Pero más que su estilo prodigioso, su denuncia a la concepción clasista de la Inglaterra victoriana y otros muchos factores técnicos, lo que más me gusta de sus libros son unos personajes antológicos o muy bien definidos y unas tramas geniales, muy emocionantes, con muchos toques de humor y una magia pocas veces encontrada en la literatura inglesa del siglo XIX. Por estos motivos no podia perderme esta nueva versión de "Grandes esperanzas".
De esta película de la que hoy me ocupo en esta entrada he visto múltiples versiones en cine y televisión, y más que se han realizado y que no he tenido la fortuna de visualizar, ya que como dije en el prefacio, adoro esta novela. Si tuviera que quedarme solo con una, sin duda elegiría la realizada en 1946 por David Lean y que en España se estrenó con el título de "Cadenas Rotas". Una absoluta obra maestra, como muchas de las filmadas por el gran maestro británico, que firma genialidades tales como "Breve encuentro", "Lawrence de Arabia", "El puente sobre el rio Kwai", "Doctor Zhivago","La hija de Ryan" o "Pasaje a la India" entre otras muchas producciones.
Esta nueva versión de la hoy hablamos, la dirige Mike Newell, uno de esos buenos artesanos que puede presumir en su curriculum de firmar una comedia que marcó en su tiempo como "Cuatro bodas y un funeral" y interesantes filmes como "Bailar con un extraño" o "Donnie Brasco" y taquillazos como alguna de Harry Potter o Prince of Persia.
Y de la dirección de Newell, no se puede reprochar nada. Académica y solvente, buenos actores, buena ambientación y muy clásica en el estilo. Y ese, tal vez, es su principal "handicap"; no se borra, en ningún momento, la sensación de estar visionando una serie de televisión filmada en 35 milímetros con el sello de calidad de la BBC. Intenta crear belleza, mostrando un Londres sórdido, lleno de barro y con algunos personajes miserables que son el contrapunto perfecto a la elegancia en la que se mueve toda la historia, los actores son notables, con un estupendo Ralph Fiennes, una acertada "novia cadáver" de Helena Bonham Carter, el orondo y buen actor Robbie Coltane y una pareja protagonista muy valorable formada por Jeremy Irvine y Holliday Granger.
Newell no ha modificado en un ápice la narración y salvo incidir en la suciedad de la ciudad y el campo, no intenta aportar nada nuevo. Su ritmo es cadencioso y se lleva bastante bien, aunque en mi caso es muy difícil, por no decir semi imposible, que me aburra una historia que prácticamente me se de memoria y que adoro.
Como se puede imaginar el lector de esta bitácora, la fotografía del autor del habitual de Ridley Scott; John Mathieson, la música de Richard Hartley y todo el diseño de vestuario, dirección artística o montaje son correctos, aportando ese clasicismo y academicismo de los que hablábamos anteriormente.
Por lo que esta nuevas "Grandes esperanzas" ofrece lo que necesita alguien como yo, una vuelta al pasado. Es muy difícil para mi, adecuarme a estos nuevos tiempos, marcados por el videoclip, donde los planos apenas duran nada y mucho se basa en los recursos visuales generados en un ordenador. Todo en aras de entretener al espectador y que apenas piense. Es mucho más fácil conseguirlo con una "ensalada" de imágenes, con un sonido altísimo y mucho ruido, planos y contraplanos inmediatos sin demasiadas transiciones, que intentar hacernos pensar con ritmos más pausados y movimientos de cámara más largos, complejos y virtuosos. Decían en el inicio de una de mis "pelis" favoritas; "La ronda" de Max Öphuls que vivir en el pasado es mejor que en el presente o en el futuro, como ya apunté hace algunos meses en la entrada de "Skyfall". Y no puedo negarlo, a pesar de lo mucho que me gusta vivir la vida y tener nuevas experiencias, también me encanta ver y escuchar las vivencias de los demás y recordar tiempos pasados, donde he podido ser feliz o desgraciado, pero en los que me siento cómodo y muy a gusto. A esto se le llama nostalgia, como melancolía por un bien perdido, en este caso mi tiempo, mi pasado, mis recuerdos, mis aventuras, mis amores, mis desamores. Es decir; mi educación sentimental y mi vida.




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