jueves, 21 de marzo de 2013



CONSIDERACIONES SOBRE "ANNA KARENINA"

En principio acudía al cine con sentimientos encontrados. Por un lado, "Ana Karenina" me parece una novela muy difícil de llevar a la gran pantalla. Es tan magna la obra de Leon Tolstoi, que parece improbable conseguir estar a la altura, aunque sea un mínimo. Esta es la quinta "Ana Karenina" que veo, tras la de Clarence Brown con Greta Garbo, la de Julian Duvivier con Vivien Leigh, la rusa de Alesandr Zarkhi con Tatyana Samoylova y la última de Bernard Rose con Sophie Marceau. Ninguna me ha parecido súblime, pero esta de Joe Wright tiene unos cuantos puntos a su favor.
Por otro lado, Joe Wright es un director que me gusta mucho. Me encanta su antológica versión de "Orgullo y prejuicio" y la interesante "Expiación". Su musa es Keira Knightley, que junto a Jessica Chastain me parecen las dos actrices por las que puedo pagar una entrada sin arrepentirme y su equipo me parece prodigioso, destacando a su músico Dario Marianelli y su director de fotografía Seamus Mc Garvey.
Me parece evidente que Joe Wright también tiene un enorme temor reverencial a "Ana Karenina", por cierto, que manía en España por llamarla "Anna Karenina", y ha decidido no realizar una versión clásica y académica, sino una mucho más rompedora. Le entiendo, ya que la profundidad de los Vronsky, Karenin, Oblonsky, Kitty o Levin es imposible plasmarla en celuloide. Toda la crítica a la aristocracia rusa, a los sentimientos en monólogo interior de Ana, el buscar la fe verdadera, quedan obviados, como es lógico.
¿Y qué es lo que ha construido Joe Wright?. la respuesta es sencilla: crear un teatro donde representar la acción, y para eso cuenta en el guión con el excelso dramaturgo Tom Stoppard, pero con las posibilidades que dan las cámaras actuales y la edición. Buena parte es en un mismo decorado, que va cambiando a voluntad, por lo que los planos secuencia, una de las especialidades de Wright, me dejaron en más de un momento boquiabierto, como en la inmensa secuencia del baile o como pasan de la fábrica de "Stiva" Oblonsky a su cena con Levin. si a esto sumamos la maravillosa música que ha vuelto a crear Dario Marianelli, unos decorados y vestuario apabullantes y unas buenas interpretaciones de casi todo el reparto, destacando a una bellísima y magistral Ana de Keira Knightley, el convincente Vronsky de Jude Law pues llegamos a la conclusión que esta nueva versión del clásico inmortal es más que correcta y digna. Algunos la tildarán de postmoderna, vacia y superficial. No lo creo. Es de las mejores propuestas ante un "totem" como este. Ser fiel, aportando algo nuevo.
Al leer esto, alguno se preguntará, el por qué me parece tan importante esta novela en la historia de la literatura. Bien, se simplifica diciendo que a partir de la llegada de estos autores magníficos, se puede empezar a hablar de ética en literatura y hasta renuevan el enamorarse. Los Dovstoievsky, Tolstoi en Rusia o Flaubert o Stendhal en Francia consiguen con sus héroes, y sobre todo heroínas, cambiar radicalmente la forma de pensar en las élites y aristocracias. Hasta mediados del siglo XIX, los matrimonios eran concertados y gracias a personajes como la inmortal Emma Bovary, Anna Karenina y posteriormente la arrasadora Hedda Gabler de Ibsen, que dice "-Solo hago una cosa bien...aburrirme-", la mujer supera esta barrera y sin miedo, puede dejar su marido, sus hijos y su vida por amor. Esos amores irracionales, trágicos o locos que demuestran que las grandes pasiones suelen acabar mal.
Lo mejor del tema, es que los engañados suelen ser gente normal, trabajadora y con grandes cualidades. El Doctor Bovary o Karenin no tratan mal a sus mujeres, las mantienen en una buena posición y las quieren y ellas por su insoportable aburrimiento les hunden la vida y de paso la suya.
No se si ha cambiado mucho la sociedad desde entonces, pero lo que parece evidente es que los matrimonios por amor, tampoco es una gran solución, vista la cantidad de divorcios hostiles, denuncias por los hijos, pensiones alimenticias y amor que se va y viene. Antes era porque al no trabajar se aburrían y no tenían aliciente. Ahora es porque trabajan mucho y necesitan otros alicientes. Los hombres mientras tanto, antes y ahora trabajamos y también nos aburrimos. A lo mejor la solución es volver a los matrimonios concertados.

2 comentarios:

  1. Tengo muchas ganas de ver esta peli. Ya conoces mi admiración por Joe Wright desde que dirigió esa desapercibida obra maestra llamada 'Orgullo y prejuicio'. Tengo la banda sonora de Marianelli, chula, muy rusa, pero me gusta más la de 'Orgullo y prejuicio'.

    Arbalejo

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  2. Muy interesante.Ya sabes que la admiración por Joe Wright es mútua

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