domingo, 31 de marzo de 2013



CONSIDERACIONES SOBRE "THE HOST (LA HUESPED)"

Creo que soy de las pocas personas en el universo cinéfilo que no ha visto ninguna de las cintas que completan la saga de "Crepúsculo". Como es lógico, tampoco he leído una sola linea de los libros y no soy capaz de colocar un rostro y una edad reconocible a su famosa autora; Stephenie Meyer, por lo que todo esto, me lleva a pensar, que debo ser la única persona que ha visto "The host" y no ha visto su celebérrima serie de vampiros atormentados y lobos hormonados.
Y entonces, usted, avispado lector de esta bitácora, se preguntará ¿por qué demonios, ha ido a ver este producto de ciencia ficción?. La respuesta es simple: Es un género que me gusta y la dirige Andrew Niccol, un tipo que prometí desde su antológico debut, ir a ver todo aquello que firmase.
Esta opera prima es "Gattaca", en mi opinión una de las grandes obras maestras de la ciencia ficción contemporánea. Otros trabajos donde demuestra su enorme talento es escribiendo el perfecto guión de "El show de Truman" y realizando la muy notable "El señor de la guerra", aunque su especialidad es la sci-fi, ya que también ha puesto su personal sello en las irregulares "Simone" e "In time".
Esta que tratamos hoy, está entretenida y eso ya es algo que alabar y como pasa en casi toda su filmografía, la idea inicial es muy prometedora con unos alienígenas "buenos" que poseen cuerpos humanos vivos, donde anidar su espíritu, dotándolos de grandes valores morales, pero ante la normal rebelión de los habitantes de la Tierra, consiguen el cuerpo de una joven rebelde, que se debatirá entre su parte alienígena y su parte humana.
El gran problema que tiene el filme, es la sensación de impostura en todo su metraje. Todos los personajes son "gente guapa", si son jóvenes y muy venerables en su parte madura. Todos son perfectos para presentar en una reunión familiar como pareja, pero sus perfiles psicológicos son demasiado vacios, demasiado superficiales y demasiado planos y así no es de extrañar que salvo William Hurt, Diane Kruger y la protagonista Saorsie Ronan, todos los actores apenas tienen un mínimo exigible de registros dramáticos, es como colocar un armario ropero o una cómoda frente a la cámara.
A pesar de que la narración avanza bien y se lleva sin muchos contratiempos, este "The host", dejará huella por tener una de las historias de amor más ridículas vista en la pantalla y de repente, y sin saber por qué, nos encontramos ante un extraño cuarteto amoroso formado por humanos varones, una voz humana y una alienígena corpórea. Como era de esperar, de esta siniestra y bizarra situación, se forjan los diálogos más hilarantes de sus más de dos horas de metraje.
No se hasta que punto estas manufacturas para el consumo juvenil, donde prima el buenismo, el maniqueismo más absoluto con módelos de belleza física y dechados de virtudes, pueden llegar a trasformar el mundo, aunque tengan un envoltorio tan atractivo como este, pero lo que si me aterra un poco, vino a raiz de escuchar a varios grupos de adolescentes que salían de la misma sala donde proyectaban "The host", comentar que solo  deseaban "un tío" o "una tía" como los que habían visto en el cine. Menos no les valía. Y esta es una curiosa sensación que tengo últimamente. Las relaciones sexuales o amorosas se están empezando a convertir en otro bien de consumo, como muy bien señalaba Michel Houellebecq en "El mundo como supermercado", y sin darnos apenas cuenta esto puede degenerar en una deriva imparable hacia nuestra propia infelicidad. ¿Quien sabe?, pero cada vez somos más solteros, más divorciados, separados y solos. Muy solos. Habrá que buscar otro tipo de modelo en la conducta humana y a lo mejor, no ser tan exigentes, ya que la otra persona puede pensar lo mismo y tal vez no seámos tan fantásticos como pensamos.

2 comentarios:

  1. El tipo de modelo de convivencia está ya inventado: va a sonar muy moralista, pero es así, y ocurre con todo tipo de relación: padres e hijos, amigos, parejas. El truco es fidelidad y respeto. Sin faltan estos dos, ya estamos haciendo del otro un bien de consumo. Recuerdo guardar un recorte del periódico en que entrevistan a Michel Houellebecq. Su punto de vista sobre las relaciones de pareja me llegó hondo.

    Arbalejo

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