CONSIDERACIONES SOBRE "TREN DE NOCHE A LISBOA"
Basada en una novela que no he leído, solo su título ya poseía el suficiente atractivo para conducirme a la sala y pasar por taquilla. Lo que había visto del argumento también me fascinaba y a esto se sumaba uno de mis actores favoritos, junto con una de mis ciudades preferidas y una compañía inmejorable.
La historia es la de un profesor de humanidades en Berna, que deja todo al encontrar un libro y dos billetes en el tren nocturno a Lisboa, que tenía una joven portuguesa a la que salva del suicidio. En su viaje a la capital de Portugal, descubrirá una apasionante intriga entre una cédula contraria al régimen de Salazar.

El tema estrella, sin duda, es el elenco de actores, encabezados por el sobresaliente Jeremy Irons, que si bien es verdad que su mejor época pasó, sigue siendo todo un caudal de recursos interpretativos cuando tiene un papel interesante, como es el caso. Él sostiene todo el peso de la narración y el buen plantel de secundarios giran alrededor de su prestancia y dotes para actuar. Y por ahí aparecen gente tan valida como una debilidad que es Martina Gedeck, Bruno Ganz, Lena Olin, el gran Christopher Lee y los prometedores jóvenes Melanie Laurent, Jack huston o August Diehl.

Y lo siento, pues vuelvo a dejar constancia de mi amor a Lisboa, una ciudad que me fascina, de la que es originario mi poeta favorito; Fernando Pessoa y de la que hace poco visité para un inolvidable concierto de Scorpions, donde acabaron sucediendo cosas que me harán acordarme siempre de ese viaje. Quizás no lo deje todo como el Raymond Gregorius de "Tren de noche a Lisboa" pero ocurrieron cosas muy intensas. Y las que quedan.
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