martes, 6 de enero de 2015


CONSIDERACIONES SOBRE "NOCHE EN EL MUSEO: EL SECRETO DEL FARAÓN"

Amable comedia muy apta para estas fechas que sin ser "nada del otro mundo", por lo menos entretiene. Y eso es bastante más de lo que pueden decir una innumerable pléyade de supuestas películas de humor que maldita sea la gracia que tienen, empezando por un puñado de títulos españoles.
Esta "Noche en el museo: el secreto del faraón" es la tercera entrega de la exitosa serie que comenzó en 2006 con "Noche en el museo" y continuó en 2009 con "Noche en el museo 2", y ahí que decir que ninguna de las tres pasará a los anales del cine pero se pueden ver con simpatía, algunos "gags" son realmente graciosos y las situaciones son imaginativas aunque el resultado no siempre esté a la altura, pues es algunos tramos resulta muy infantil.

Los personajes son los conocidos en las anteriores entregas, capitaneados por el buen hacer de Ben Stiller, al que no veía desde la interesante "La vida secreta de Walter Mitty" pero con la ayuda de un excelente elenco de secundarios que van desde el Theodor Rooselvelt del desaparecido Robin Williams, la pareja letal que forman el vaquero Owen Wilson y el romano Steve Coogan o la exótica Mizuo Peck, que no entiendo como no ha tenido más recorrido en su carrera. También aparecen veteranos conocidos en la serie como Dick Van Dyke y Mickey Rooney y debuta un Ben Kingsley, que aparece como secundario en las cintas más curiosas y con papeles muy lejos de su registro como actor, pero esta claro que hay que comer. Como se ve, el capítulo actoral está cubierto de sobra y es una faceta muy importante en un filme cómico.
Pero los técnicos son también de categoría y su director Shawn Levy, que ha dirigido toda la franquicia ha sabido rodearse de gente muy experimentada y con gran talento, desde la banda sonora del gran Alan Silvestri, poco más se puede decir de alguien que creo la música de "Regreso al futuro", "Forrest Gump" o más recientemente "Los vengadores" al talento fotográfico de Gullermo Navarro, camarógrafo de confianza de Guillermo Del Toro y ganador del Oscar por "El laberinto del fauno". Así que como se puede ver, los efectos visuales, que son muy buenos, están integrados de forma perfecta en la historia y no solo depende toda la estructura creativa en el ordenador, lo cual es de agradecer.
Y es que una historia donde un museo cobra vida por la noche da mucho juego y si en la primera parte transcurría en el Museo de Historia Natural de Nuevo York, la segunda transcurría en el Smithsonian de Washington D.C., ahora cambian de pais e incluso de continente, para viajar al British Museum londinense, un lugar que conozco bien, he estado unas cinco ocasiones y la última en mayo del año pasado, por lo que puedo decir que está representado de forma acertada y muy aceptable, aunque los que hayan ido sabrán y descubrirán que para llegar a Egipto no hace falta dar semejante rodeo de subidas y bajadas, ya que se encuentra en la planta principal.
Y ahí empiezan los problemas, en el guión, que firman David Guion y Michael Handelman, el cual es su tercer trabajo y a pesar del buen material que tienen entre las manos, a veces y en aras de lo comercial, enlazan chistes y situaciones sonrojantes y que no permiten que esta secuela termine de despegar y alzar el vuelo.
Aún así, y si uno no quiere complicarse demasiado y pasar el rato, puede valer. No era ni mucho menos mi primera opción, pues hasta hace bien poco no había visto las anteriores, pero a veces uno debe ceder a quien comparte aventuras y desventuras cinéfilas, y de otro tipo, con uno y tras visionar en un fin de semana de "manta y peli" las predecesoras, accedí a ver "Noche en el museo: el secreto del faraón". Y la verdad, me gusta eso de no elegir siempre lo que hay en la cartelera, pues significa que mi santa voluntad no vale todo el rato y mi particular egoísmo se quiebra por momentos. O eso espero.

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