CONSIDERACIONES SOBRE "NO MOLESTAR"
Parece claro el repunte en estos últimos años de la comedia francesa, ya que la cartelera, cada vez más, tiene entre sus estrenos éxitos recientes del país vecino. Y, aunque hay de todo, la calidad media de este tipo de cintas suele ser bastante alto y precedidas de unas cifras de taquilla más que dignas.
A pesar de lo dicho en el encabezamiento, lo que me motivó a ver esta curiosa película fue su argumento. En cuanto lo leí, deseaba ver que era lo que sucedía tras su interesante y sencilla premisa. Un hombre de mediana edad, de buena posición y amante del jazz, encuentra en un mercadillo un disco que llevaba años buscando. Desde ese mismo momento, lo único que desea es llegar a su casa y disponer de una hora de tranquilidad (por cierto, ese es el título original) para poder escuchar el vinilo, pero por unas cosas y otras, lo que parecía una idílica mañana de sábado, se transforma en un pequeño desastre.
Como uno puede entender, el personaje es simpático, irónico, culto pero también egoísta, manipulador e infiel y esta interpretado por Christian Clavier, actor que descubrí hace más de veinte años, con su papel en "Los visitantes" y que hoy por hoy, es uno de los grandes nombres de la comedia francesa. Él llena la historia, con su burgués antipático y unos secundarios que no salen nada bien parados, en lo que al personaje se refiere, pues su mujer Carole Bouquet, lejos de la "chica Bond" de "Solo para sus ojos", pero que sigue manteniendo su exquisita frialdad, es un "bonito florero" que decora la vida de Michel, su amante es una histérica sin demasiado cerebro, su vecino es un "cargante buenazo" y lo mejor es el hijo, un eterno adolescente de casi treinta años, sin oficio ni beneficio y que se erige como marxista, apadrinando a una familia de filipinos "sin papeles", pero siempre aprovechando la privilegiada situación de padre, al que, por supuesto, odia. Cuanto "niño rico" conozco que desea imponer el comunismo por todos los lugares de la Tierra pero no en sus países, aunque con el auge de los populismos, se juegue a salvar el mundo, con turismo solidario, Ongs subvencionadas y cosas por el estilo. Si hasta activista se ha convertido en una profesión, como se puede comprobar en los "curriculum vitae" de algunos de nuestros nuevos gobernantes. Prodigioso.
"No molestar" se basa ante todo en lo cómico de su guion, basado en una obra de Florian Zeller y adaptado con éxito por Patrice Leconte, que también dirige. Realizador de enorme talento y al que seguí mucho en los noventa, con grandes largometrajes como "El marido de la peluquera", la extraordinaria "La maté porque era mía", cuyo humor irreverente e irónico, la emparejan un poco con esta, ""El perfume de Yvonne" o "La chica del puente", obra que en cierto video fórum que dirigía, puse en su momento. Así que se puede entender mi admiración a su forma de entender el cine, y que de nuevo, vuelve a crear gracia, con muy pocos escenarios y no demasiados personajes, algunos de ellos un tanto arquetipos como la criada de Rossy De Palma o los obreros portugueses.
No es que sea una obra maestra pero se ve con agrado, por su gran plantel interpretativo, su correcta adaptación y la puesta en escena sobresaliente de Patrice Leconte, aunque algo masculina, pues como en muchas de su director, hay algo de misoginia. Cosa que no voy a defender pero que en la pantalla suele quedar siempre bien. casi tanto, como el punto de incorrección política, con ese desnortado hijo que juega a salvar el mundo con el dinero y las propiedades de los demás. Cosa que cada vez veo más a menudo por las calles. Da miedo pero está muy bien reflejado en "No molestar".
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