viernes, 28 de agosto de 2015


CONSIDERACIONES SOBRE "OPERACIÓN U.N.C.L.E."

Basada en una serie de televisión de los sesenta que, para que negarlo, no conocía, nos llega este entretenimiento veraniego que, a priori, merecía un visionado, pues su director ha conseguido un peculiar estilo que no suele dejar indiferente a nadie.

Su nombre es Guy Ritchie, responsable de filmes tan célebres y con tantos seguidores como "Snatch: cerdos y diamantes" o las dos entregas de las nuevas aventuras de Sherlock Holmes protagonizadas por Robert Downey Jr..

Y como en ellas, o en "Lock & Stock" o "Rockanrolla", la cinta adolece de los mismos errores. Un precioso envoltorio, bien ejecutado pero que se pierde con un tono algo infantil y con no demasiada coherencia interna. Es como si Ritchie no se tomase en serio sus películas. Y es una lástima, pues pienso que es un buen realizador, con un buen manejo de la cámara, alguien que crea secuencias bien planteadas, visualmente muy bellas pero al que le falta dejar atrás ese tono "chusco" que lastra el resultado final. Los mismos defectos que se pueden observar en "operación U.N.C.L.E", aunque, desde el punto de vista positivo, las mismas virtudes, pues sus dos horas pasan "en un suspiro" y al finalizar su metraje, uno se da cuenta que lo ha pasado bien, aunque tras una semana de haberla visto, apenas recuerdo unas cuantas cosas de su argumento. Como dice una amiga mía: "-Fácil de ver y fácil de olvidar".
Entre los aspectos técnicos, vestuario colorista, tal vez demasiado protagonista, que a veces sumando la saturada fotografía de John Mathieson parecen un cruce entre anuncio de Martini y estetica Audrey Hepburn. Esto no lo digo con ánimo peyorativo, pues los colores intentan recrear la atmósfera del lujo europeo en la Guerra Fría, e incluso la banda sonora de Daniel Pemberton tiene más de un pasaje que recuerda al Quincy Jones de esa época. Todo enfocado a una trama de espionaje aderezada con un burdo humor y unos personajes arquetípicos de enorme maniqueismo y donde da bastante igual la trama y lo que está sucediendo en pantalla, o esa es la impresión, pero bien contado y con un guion solvente del propio Ritchie y Lionel Wigram.
Lo que si es más fallido es el reparto, ya que sus tres protagonistas no me convencen nada, ya que les falta prestancia y los encuentro demasiado jóvenes para que sus papeles sean creíbles. Esa es la ventaja de la serie Bond, ya que jamás ha existido un 007 menor de cuarenta años. Ahora en estos años del triunfo de la juventud, todo se basa en la frecura y el vigor que parece no tener alguien pasados los treinta. Pero ni Henry Cavill, Alicia Vikander, ni el más limitado Armie Hammer consiguen que me interesen sus personajes, sumados a los villanos, puros arquetipos.
Brillante entretenimiento sin contar nada. Un ejercicio de estilo. Eso sí, según uno va cumpliendo años se da cuenta como nos van relegando a una esquina de la sociedad en aras al supremo valor del vigor de los "jovenes sobradamente preparados", parte esencial del regreso a la infancia en el que está inmersa nuestra sociedad occidental.
Pd: Quiero pedir disculpas a los lectores de esta bitácora por no escribir en tanto tiempo, pero he estado sin posibilidad de conexión a Internet en todo este mes. Sé que no es excusa pero es lo que ha sucedido.

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