domingo, 15 de noviembre de 2015


CONSIDERACIONES SOBRE "BLACK MASS: ESTRICTAMENTE CRIMINAL"

El cine de gangsters siempre ha dado interesantes películas desde casi el inicio del cine, en muchas ocasiones obras maestras, otras buenas cintas y en mucho menor medida films olvidables o directamente muy malos. Esta se sitúa un poco por debajo de la segunda premisa.
Porque "Blak mass" ni mucho menos es una mala película. De hecho tiene pasajes de una gran intensidad y sus dos horas pasan en unn suspiro, lo que es más que suficiente para una obra de evasión. Bien construida, rodada e interpretada pero que en su debe cabe reseñar que es demasiado deudora de otras del mismo género y de otros directores; sobre todo de Martin Scorsese, lo cual lastra el resultado final.
Pasa como con "Una historia del Bronx" de Robert De Niro, un nada desdeñable largometraje pero que se notaba en demasía la mano del autor de "Toro salvaje". Algo lógico si pensamos en que era su maestro al trabajar ambos además de en la biografía de Jake La Motta, en "Taxi Driver" o en clásicas del cine de mafiosos como "Uno de los nuestros" o "Casino". Aquí se nota la mano del director neoyorkino de origen italiano y del film que le otorgó el Oscar; "Infiltrados", a narrar la historia de un malhechor irlandés y su colaboración con un agente del FBI para luchar contra un enemigo común; la mafia, merced a que habían crecido en el mismo suburbio de Boston. Buen argumento en un guion trabajado del primerizo Mark Mallouk y Jez Butterworth, uno de los responsables de la entretenida "Al filo del mañana" y que en próximos días le mencionaremos como uno de los "libretistas" de la última de James Bond. Pero no todo iban a ser grandes noticias en el guion, ya que un exceso de historias secundarias consiguen que no se remate del todo bien, ya que algunos momentos resultan demasiado atropellados.
Tiene que ver que no esté dirigida por Scorsese, o bien por Coppola, el Leone de "Érase una vez en América" o el Brian De Palma de "El precio del poder" o "Atrapado por su pasado". El responsable es Scott Cooper, que hace unos cuantos años realizó "Corazón indomable", que le reportó un Oscar a Jeff Bridges. No lo hace mal pero no está a la altura de los nombres antes mencionados. En su favor, una estupenda ambientación que no sitúa de inmediato en los setenta y primeros ochenta, ritmo trepidante, sobre todo en la primera mitad y una fotografía destacada de Masanobu Takayanagi, del que su trabajo más conocido era hasta ahora "El lado bueno de las cosas". Toda la parte técnica es competente.
En la parte artística, reparto compacto encabezado por Johnny Depp, que sigue en su línea de personajes caracterizados y muy maquillados, que inició con sus trabajos con Tim Burton, llegó al culmen con el Jack Sparrow de "Piratas del Caribe" y con algún tropezón como el de "El llanero solitario". Aquí cumple su cometido, algo histriónico pero su malvado lo requiere. Le acompaña como co-protagonista Joel Edgerton, muchísimo mejor que en ese descalabro llamado "Exodus: dioses y reyes" y su imposible faraón. Entre los secundarios una sosa Dakota Johnson, Kevin Bacon y el maravilloso Benedict Cumberbatch, cada vez mejor actor.
Entretenimiento pasable pero que en manos de otro podría haber sido grandiosa. En las de Scott Cooper se queda en un producto recomendable pero con la sensación de que a pesar de sus buenas intenciones y de un talento que se vislumbra le queda todavía un trecho para llegar a la excelencia. Por lo menos trata temas que dan mucho juego. Y eso siempre es de agradecer.

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