sábado, 30 de enero de 2016


CONSIDERACIONES SOBRE "LA GRAN APUESTA"

En los últimos años se han producido y estrenado numerosos filmes y documentales sobre el tema de la crisis, en buena parte inmobiliaria, que ha provocado el colapso en buena parte del mundo occidental y que nos ha dejado con una sensación de pánico ante lo que entendíamos un sector seguro, como es el bancario.


Entre ellas destaca "Margin call" como la que ha tenido más recorrido, aunque casi todas están vistas desde el prisma de la izquierda, bien la demócrata estadounidense o desde la óptica marxista y antisistema como en "El capital" de Costa Gavras o el documental "Marx reloaded" donde Ranciere, Toni Negri o Slavoj Zizek defendían sus postulados atacando al capitalismo. Esta "la gran apuesta" sigue las ideas del partido de Obama pero su plasmación a imágenes la convierten en mi preferida de todas ellas.
Y me parece complicada trasladar al cine la novela de Michael Lewis, pues un libro ofrece la posibilidad de volver a leer pasajes más confusos para público medio sobre términos económicos, que como se comenta en un pasaje están pensados para que solo unos pocos puedan manejarlos y así poder controlar el dinero del sufrido ciudadano. En el cine eso no puede suceder, por lo que aunque las explicaciones son sobresalientes, muy visuales, con gente de ámbitos diversos (la actriz Margot Robbie en su jacuzzi, la estrella del pop Selena Gomez o el chef Anthony Bourdain) comentando los diferentes conceptos. Lo hacen bien, sencillo pero una vez, por lo que el espectador menos avezado en algunos campos económicos puede perderse y acabar entendiendo poco, conozco más de un caso, pero la superficie sí se entiende bien, gracias además a su ironía y fino sentido del humor. labor titánica que han llevado a buen puerto sus guionistas Charles Randolph y Adam Mc Key, un realizador que antes de esta era más famoso como escritor que como director y que aquí filma su trabajo más interesante hasta la fecha.
Y sí el guion es válido y bien adaptado, con la complicación del material entre manos, la dirección es sobresaliente, pues gracias a un ritmo endiablado, donde los diálogos no cesan y con el "hándicap" del complicado tema tratado, consigue lo que parece imposible, que 130 minutos con palabras como CDO, CSA, hipoteca sintética y más jerga financiera pase "volando" y nos haga pensar sobre lo que estamos viendo en pantalla. Puede presumir de construir una película necesaria que explica las causas de la crisis que sufrimos desde el 2008 y puede ser accesible a un mayor número de personas. A ello también contribuye una dirección de actores soberbia, encabezado por unos inconmensurables Christian Bale con uno de sus personajes atormentados y contracorriente que suele bordar y Steve Carell, con su mejor actuación hasta la fecha fuera de una comedia al uso. Ellos son la punta de lanza de un reparto bien conducido y que mantiene la tensión y el ritmo del alambicado montaje de Hank Corwin, editor por un tiempo de Oliver Stone o Terrence Malick y una banda sonora que mezcla el original de Nicholas Britall con canciones muy bien escogidas, entre ellas unas cuantas de metal y trash (Metallica, Mastodon...) que es la música que escucha el Dr. Michael Burry, quien descubre el próximo apocalipsis económico.
Comentaba antes la necesidad de cintas que nos hagan reflexionar sobre lo que vivimos y esta ha conseguido ese efecto, pues tengo que reconocer que el tema de la crisis me interesa sobremanera, pues parte de una desigualdad causada por el sistema. En este caso por las hipotecas subprime, con su alto riesgo de impago que los bancos transfirieron a fondos y estos a otros inversores y que como un castillo de naipes, acabó colapsando el sistema y llevándose por delante a bancos, fondos de inversión e inmobiliarias. En el caso de España. más sangrante pues al existir la figura de las Cajas de Ahorros, dominadas por políticos y convertidas en bancos gubernamentales de las Comunidades Autónomos, que han llevado a dejarnos a los sufridos ciudadanos en una situación desesperada, con recortes en nuestro modo de vida, ahorros y bienestar mientras de forma sangrante esos desalmados que no preveían el desastre, poco antes de marcharse, en vez de acabar detenidos o hundidos por su fraudulenta y catastrófica inversión, se marchaban con unas estratosféricas indemnizaciones un segundo antes de que esto se fuera "a pique". Hoy, los bancos nos siguen crujiendo y utilizando métodos poco liberales, capitalistas y éticos, adulando a quien más tiene y crujiendo a comisiones a quien menos, en un negocio donde el estado y partidos políticos tiene mucho que ver ya que es quien los financia, aunque el pueblo llano también somos culpables, ya que nos dejamos engañar y a pesar de ideas caducas y marchitas, tan de moda ahora, que su argumentario es librarnos de cualquier responsabilidad, culpando solo a otros, en una sencilla labor destructiva sin ofrecer nada, demuestra la inmadurez de las masas cretinizadas (Prada dixit), que viven en una moderna versión de Peter Pan, sin obligaciones y donde "papá estado" nos provea de todo lo necesario.

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