CONSIDERACIONES SOBRE "TRUMBO: LA LISTA NEGRA DE HOLLYWOOD"
Un biopic sobre una de las personalidades más interesantes en el Hollywood de los años 50 y con mucha probabilidad el guionista más célebre en el tremendo proceso de "La caza de brujas", uno de los momentos más tristes en la historia del cine estadounidense.


Y es que el maniqueísmo suele convertir problemas complejos en soluciones simples y muy fáciles de entender, como sucede en los populismos que suelen emerger en los tiempos de crisis. "Trumbo" no deja lugar a dudas, los de "la lista negra" eran un grupo de guionistas geniales que mantienen sus principios contra todos y a los que además les asiste la verdad y la pureza de sus sentimientos contra un grupo de mediocres que apenas tienen talento alguno, a no ser el poder y la conspiración y que todo lo hacen por inquina y por un pensamiento único que deben imponer a la totalidad. Cuanto menos curioso, pensando que el comunismo que defienden es el que reivindica eso mismo y la historia de la Unión Soviética no deja lugar a dudas, ya que el que pensase diferente era laminado, bien siendo encarcelado y enviado a un "gulag" o ejecutado sin contemplaciones. Época convulsa, en medio de una "Guerra Fría" donde el fantasma comunista acechaba por todas partes, solo hay que ver la cantidad de agentes dobles que existían en aquellos años.
Una de las cosas que he descubierto rodando documentales es que nunca hay que dejar que los sentimientos se conviertan en el protagonista principal de tu historia y que no se puede mirar el pasado con los ojos actuales ni otras culturas con la mirada de un occidental, ya que al final siempre llegaremos a conclusiones erróneas. Intentan denigrar a John Wayne o a Sam Wood es sencillo, solo hay que basarse en su carácter, negando ser la estrella y el "actor fetiche" de John Ford o Howard Hawks o ser el realizador de algunas de las mejores películas de los Hermanos Marx. Dalton Trumbo era un magnífico guionista que cayó en desgracia en unos tiempos espantosos por una acción gubernamental excesiva y despiadada, como le sucedió a Joseph Losey o Abraham Polonski. Nunca he estado ni estaré a favor de la prohibición, de hecho he terminado un ensayo sobre los "videos nasties" en el Reino Unido, pero tampoco me parece bien culpar del todo a unos pocos sin reparar el tiempo histórico donde está enmarcada una historia. Ni todos son excesivamente buenos ni malos porque sí. Y eso "Trumbo no lo tiene claro.
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