miércoles, 2 de enero de 2013



 CONSIDERACIONES SOBRE "LOS MISERABLES"


Siempre he sido un gran amante de las magnas representaciones en directo, bien sean óperas, musicales o ballets, por lo que el estreno de la versión cinematográfica de "Los miserables" era cita en rojo en el calendario y es que he visto este musical varias veces; dos en Madrid, una en un el lejano 1991, en el teatro Nuevo Apolo de Madrid, con Pedro Ruy Blas interpretando a Jean Valjean, otra en Londres sobre el año 2001 y la última en el Teatro Lope de Vega el año pasado.




Las sensaciones al salir del cine fueron muy contradictorias; por un lado, las canciones siguen siendo fabulosas, casi todos los actores están soberbios, desde el sufrido Jean Valjean de Hugh Jackman, el villano Javert de Russel Crowe, la enorme Fantine de Anne Hathaway, los colosales Thénardier de Sacha Baron-Cohen y Helena Bonham Carter hasta la impecable Eponine de Samantha Barks, y el resto cumple de forma perfecta. La ambientación, como en toda película con semejante presupuesto es muy convincente y supongo que gracias a que conozco el argumento de memoria, no aburre en sus más de dos horas y media de duración. Pero, por otro lado, la epopeya basada en el musical de Schönberg y Boublis me ha parecido una enorme decepción. El motivo no es otro, que la dirección de Tom Hooper. Su anterior y muy premiada "El discurso del rey" ya pecaba de una dirección insulsa que en más de un momento se asemejaba a los telefilmes de sobremesa, por lo que pienso que esta empresa tan colosal podría ser excesiva para alguien de técnica tan minimalista.
En la anterior entrada comentaba como en "La milla verde", una floja historia acababa convertida en una gran película. Aquí, en mi opinión, se da el caso contrario; asistir a un drama magistral, de una emoción total y ver que una puesta en escena ininteligible estropea el producto final.
"Los miserables" exige grandilocuencia y espectáculo y aquí solo se siente en el impresionante primer plano en Toulon, donde vemos los barcos siendo remolcados por un enorme grupo de presos mientras cantan el "Look down" de la obertura y en el magno último plano, donde con un precioso general aéreo se canta el epílogo mientras Jean Valjean llega al cielo convertido en barricada, donde le esperan los otros héroes muertos.
Da la impresión que Hooper entendió que esos planos tan complejos eran más que suficiente y así el resto del filme está rodado en primeros planos, y no exagero, ni es broma. De los 158 minutos de duración, en tres cuartas partes domina el primer plano y, de forma personal, no lo entiendo. ¿Cómo es posible, que con un presupuesto muy amplio y holgado, Tom Hooper decida colocar la cámara en la cara de los personajes y no moverla, salvo para los contraplanos y algún recurso?. Da la impresión que lo que le interesa es la dirección de actores y no buscar la majestuosidad y por eso la puesta en escena es tan intimista. Si a esto sumamos que la escenas en exteriores, por supuesto en primer plano, parecen con "cámara a mano" y el montaje es muy simple, me llevan a considerar a estos miserables como uno de las mayúsculas decepciones de esta temporada. Y no por estar mal, que vuelvo a sostener que la película es pasable y entretenida, pero que demuestra como una historia universal, magnífica puede ser convertida en una obra vulgar. Y el musical no se merecía eso... y ¡qué demonios!, Victor Hugo tampoco.







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