lunes, 7 de abril de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "ALABAMA MONROE"

Otra de las nominadas este año en la categoría de mejor película extranjera, o de habla no inglesa para ser más precisos. No ganó, ya que como el lector sabrá venció esa joya llamada "La gran belleza". esta no se le acerca, ni por asomo, a pesar de algunas virtudes destacadas.


Y es que su director, el belga Felix Van Groeningen, consigue levantar su idea principal con otras secundarias muy interesantes. Como diría Jack "el destripador", vayamos por partes.

La meta principal no deja de ser un dramón lacrimógeno con niña con cáncer, crítica al catolicismo que no deja experimentar con células madre y ataques al Papa de Roma, todo pasado por personajes muy buenos, excesivamente buenos, que no asimilan bien los reveses del destino. Hasta aquí, poco dista de ser algo más que un telefilm "progre", con unos supuestos diálogos profundos y "sesudos" pero que no superan un análisis demasiado profundo. Muy en la onda actual, de pensamiento débil y buenismo.
Lo que ocurre es que hay que reconocer, que está muy bien contada por los personajes y el entorno, es decir, las metas secundarias. Chico obsesionado con la musica country estadounidense y que se gana la vida tocando el banjo en un grupo blue-grass, conoce chica tatuadora, y tatuada, con la que iniciará una intensa relación frustada por la trágica historia con la hija de ambos. Los personajes son muy interesantes y bien definidos y los repetidos números musicales son mágníficos, repletos de grandes camciones tradicionales americanas, como es "The broken circle breakdown", que es su título original y no el de "Alabama Monroe" que le han colocado en España.
Además el montaje de Nico Leunen es muy adecuado y mantiene el ritmo impuesto por Van Groeningen, de narrar la película con continuos saltos temporales, tanto flash back como flash forward, llegando al tiempo donde se narra la cinta. Una idea arriesgada pero que funciona a la perfección. Sin duda, lo mejor del filme, junto con las extraordinarias canciones antes reseñadas.
El resto de los aspectos técnicos correctos, sin estridencias, unos planos que mejoran en las actuaciones musicales y que en el resto se limita a situar la cámara en plano-contraplano, medios y primeros planos en las escenas más intimistas. Fotografía efectiva de Ruben Impens, sin alaraca y que bien puede ser la zona flamenca de Bélgica o algún pueblo del interior de Estados Unidos. Pienso que era su idea y por lo tanto lo han conseguido.
A pesar de mi poca querencia a los niños en las películas, tampoco hay excepción en este caso, los dos protagonistas están muy correctos y sostienen todo el peso dramático de la historia y tanto Johan Heldenbergh y, sobre todo, Veerle Baetens saben llevar a buen puerto sus complicadas interpretaciones, ya que el resto de secundarios son meras comparsas y otro error de guión, al no desarrollar más personajes.
Lo que está claro es que no podía competir con esos dos "monstruos" que crearon tanto Paolo Sorrentino con "La gran belleza" o Thomas Vintenberg con "La caza". No hay comparación posible, ante estas dos historias tan políticamente incorrectas, una que habla sobre el fin de una época y otra sobre la sobreprotección a la infancia. No hay color.

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