CONSIDERACIONES SOBRE "CAPITÁN AMÉRICA: EL SOLDADO DE INVIERNO"
Tenemos el "blockbuster" americano, de este inicio de la temporada. Acción trepidante, que parece preparar la segunda parte de "Los vengadores", aunque tengo que reconocer, que no lo he pasado tan bien, con estas nuevas andanzas de Steve Rogers, como en otras de Marvel.
Y,creo, que el problema radica en el propio personaje, pues el Capitán América, no tiene un rasgo que le haga destacar en el universo de los superhéroes. Si comparamos con el resto de los vengadores, no tiene comparación, no tiene la "chispa" ni el ingenio de Iron Man, al que se refieren en varios momentos, ni la fuerza extrema de Hulk, ni el poder divino y shakesperiano de Thor y ni siquiera puede competir con "Ojo de halcón". Es una pena, pero es que ni siquiera podría vencer a ninguno de sus compañeros.
Aún así, la película me ha parecido irregular, con numerosos altibajos en la historia, demasiado larga y con un defecto, a mi modo de ver, imperdonable: los planos, sobre todo las peleas, están rodadas de tal manera, que apenas se ve lo que está sucediendo. Dura tan poco el plano, que al final terminé por descentrarme y no hacer demasiado caso a lo que sucedía en pantalla, por otro lado, sabemos que previsible y sin demasiada intriga.
Ante la poca entidad de su protagonista, la serie se basa en una colección de interesantes secundarios, con mucha más profundidad, sentimientos y pasado oscuro como la estupenda "Viuda negra" de Scarlett Johansson y el Nick Furia de Samuel L. Jackson, los dos grandes aciertos de la saga. Ellos elevan el tono. Y no es que Chris Evans esté mal. Cumple, pero su personaje no tiene ningún conflicto personal, ninguna implicación dramática. Un superhéroe patriotero, hecho para luchar contra los nazis. Nada más.
Como ya comente, el guión de Stephen Mc Feely y Christopher Markus es un "tobogan", repleto de altibajos, con partes entretenidas y otras en las que domina el hastío, encima ayudado por la dirección de los hermanos Russo, que como comenté antes, carece de sentido y se limita a planos ínfimos para tenernos entretenidos y todo basado en los monumentales efectos visuales generados por ordenador y donde dominan las explosiones, el ruido y el montaje de sonido. De la otra edición, como uno se puede imaginar, ritmo basado en el atropello a la pausa y a la calma al rodar. Si hasta la banda sonora del semidesconocido Henry Jackman es ruidosa y previsible.
Funcionará bien en taquilla, pero no es mi estilo, aunque su primera parte que vi en un autobús camino a Vitoria, si que me aburrió sobremanera. Y digo, que pienso que será un éxito, pues la sala presentaba un magnífico aspecto, para ser un lunes a las cuatro de la tarde, aunque todo se debe a la extraordinaria Fiesta del cine, que durante tres días, nos ofrece la posibilidad de ir al cine por menos de tres euros. Iniciativas así, son las que nos hacen creer, que todavía puede existir una forma de atraer a la gente a las salas, aunque todavía haya personas que prefieran descargarse un "screener" de forma ilegal. Es tener "complejo de cuervo". Y lo peor, es que luego afirmarán sin sonrojo, que han visto la película. Como dijo Aranguren: "-No hay ética, sin estética-"
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