viernes, 3 de abril de 2015
CONSIDERACIONES SOBRE "LA EVITABLE ASCENSIÓN DE ARTURO UI"
Que a uno le programen un Berthold Brecht a un pequeño paseo andando, es motivo más que suficiente para asistir al teatro. Es cierto que tenía unos ciertos impedimentos, que por fortuna fueron solventados, así que a las nueve de la noche estaba en mi butaca para disfrutar del espectáculo.
El impedimento al que me refería antes era el haber llegado esa misma mañana de la República Dominicana, sin poder dormir un solo instante en el avión, con un tremendo "jet lag" y con cerca de setecientos kilómetros que realizar en coche, distancia que separa Madrid de El Puerto de Santa María. El esfuerzo mereció la pena.
La obra original está ambientada en el turbio Chicago de los años treinta, con un mafioso llamado Arturo Ui, que intenta controlar el negocio de la protección. Toda una metáfora del ascenso de Adolf Hitler en la Alemania nazi, con unos personajes que no son otra cosa que remedos del siniestro "führer", su mano derecha Ernst Röhm o Hermann Göring y que imagina situaciones similares a las vividas en esos tormentosos años.
En una versión, más o menos libre, de José Manuel Mora, la acción se sitúa en la actualidad y se ofrecen paralelismos con estos tiempos de crisis que nos ha tocado vivir. Se puede estar o no de acuerdo, pero el trabajo de dramaturgia es espléndido. Aunque lo que más me ha llamado la atención es la excepcional dirección escénica de Carlos Álvarez- Ossorio, con el que tuve la suerte de recibir una clase hace ya unos quince años en un curso de introducción a la puesta en escena que organizaba en la Sala Cuarta Pared de Madrid la Asociación de Directores de Escena (A.D.E.). Si en aquella ponencia me maravilló su concepción del teatro, en directo es una maravilla, ofreciendo un continuo "ajetreo" por el escenario de los personajes, aunque no estén hablando se mueven en segundo plano, congelando la acción en los momentos de las muertes, con lo que la obra gana en dramatismo y en ritmo. Las dos horas y cuarto, sin descanso, pasan deprisa, lo cual no es sencillo con un texto como este.
Como se podrá comprender, la dirección de actores es fantástica, con catorce actores volcados en el texto y que confieren a sus personajes, una prestancia digna de encomio, en un montaje sencillo pero eficaz, con un fondo de planchas de zinc donde se emiten imágenes y un escenario lleno de cajas de cartón, que sirven para crear diferentes escenas.
Todo ello con el buen hacer del Centro Andaluz de Teatro (C.A.T.) que de nuevo vuelve a ofrecer una muestra del talento que atesora la institución y con la sorpresa que todo el elenco, comenzando por su responsable han sido contratados mediante convocatoria pública y diferentes audiciones. Lo cual no se hasta que punto me parece bien, pues parece que esto iguala a todos los pretendientes pero alguien de la categoría y valía de Carlos Álvarez- Ossorio, no necesita de estos tejemanejes políticos, pues dentro del mundo artístico no creo que exista la igualdad entre los diferentes directores de escena. Lo que me lleva a pensar que lo que sobra en el mundo creativo son los ministerios, consejerías o concejalías de cultura, pues nada existe tan nocivo para el arte como la burocracía. A la pregunta de la obra sobre quien es nuestro Hitler en la actualidad, parece que llegan a la conclusión que es el mundo capitalista. En cambio, yo pienso que son los paternalistas estados que intentan imponernos lo que está bien o está mal, aunque no estando de acuerdo con el planteamiento, que bien lo resuelven y que "La evitable ascensión de Arturo Ui" más formidable han ofrecido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario