jueves, 2 de abril de 2015


CONSIDERACIONES SOBRE "EL NUEVO EXÓTICO HOTEL MARIGOLD"

Continuación de un divertido film de 2011, sobre unos ancianos que encuentran una nueva vida en un destartalado hotel de Jaipur. Visto el resultado de la primera y que no sólo yo quería ver la película, parecía claro que tocaba volver al cine.
Bien es cierto que no está a la altura de su predecesora, ya que como es evidente, la capacidad de sorpresa se pierde pero la ventaja que tienen estas segundas partes es que conocemos a los personajes, por lo que no hay que presentarlos y conocemos sus caracteres, por lo que resulta sencillo seguir la historia.

El motivo por el que no está al mismo nivel es evidente. Si "El Exótico Hotel Marigold" ofrecía un canto al optimismo y a superar las adversidades de la vida, ya que si uno se lo propone todo tiende a mejorar, con frases lapidarias que parecían sacadas de algún antiguo manual de filosofía hindú. Como ejemplo : " Al final todo sale bien, y si no sale bien, es que no ha llegado el final". En "El Nuevo Exótico Hotel Marigold" pierde parte de esa vitalidad, convirtiendo el canto a la vida en más edulcorante y ñoñería, centrándose más en el amor y lo sentimental. No está mal narrado y se ve con agrado, merced a un guion bien hilado de Ol Parker, que repite en el libreto como en su antecesora. Lo mismo que John Madden, su director, que tras su gran éxito "Shakespeare enamorado", apenas había tenido repercusión con ninguno de sus films y algún sonado fracaso como "La mandolina del capitán Corelli". Se limita a una realización correcta, como en el primer largometraje, aprovechando el color y los escenarios naturales de la India para los generales y un tono más intimista en los interiores. Sabe de sobra, que el gran atractivo de la producción son los actores y por ello se centra mucho más en los primeros planos en casi todas las líneas de diálogo.
Un reparto de grandes nombres del cine británico, encabezados por una Maggie Smith colosal, cínica pero simpática, que se ríe de la vida y la muerte, de todos y de ella misma. Un papel parecido a la impresionante aristócrata de la serie "Downton Abbey", uno de esos productos para televisión que me dejó sin palabras en su primera temporada para ir decayendo según avanzaban los diferentes capítulos. A ella, se le suma como protagonista Judi Dench y Billy Nighy, que cumplen a la perfección sus papeles. Como secundarios más nombres del anterior film como Celia Imrie y Ronald Pickup, al que se le suma un galán como Richard Gere y más protagonismo a Lillete Dubey. El protagonista joven sigue siendo Dev Patel, el de "Slumdog millionaire" y más peso para la guapísima Tina Desai, que de nuevo ha vuelto a ser eliminada de los carteles promocionales.
Relevo en la fotografía donde Ben Smithard se limita a seguir la estela del trabajo de Ben Davis, menos presencia de la banda sonora de Thomas Newman, dando más presencia a los números músicales, tipo Bollywood, el último roza la vergüenza ajena, sobre todo con Richard Gere en segundo plano, y montaje eficaz de Victoria Boydell pero inferior, con diferencia, al de Chris Gill. Más "novelita rosa" y menos acidez optimista pero narración que se ve con agrado y que a los seguidores de su primera película, divertirá y entretendrá. Lo cual, como siempre digo, es mucho.
Eso sí, entre los ácidos y mordaces diálogos del personaje de Maggie Smith hay uno sensacional sobre la autocompasión. Una cosa que ella odia... y yo también. He sido una persona que en mi adolescencia y primeros veinte años, tendía constantemente a culpar de mis problemas al mundo, a otras personas, sin intentar resolver nada, solo lamentos. Ello me hizo perder múltiples oportunidades y cosas que quería. Por fortuna, pienso que he superado esa etapa e intento afrontar los problemas de otra forma, pues quedarse en casa, sollozando por los rincones y sin hacer nada, no suele conducir a nada bueno. En estos años hemos llegado a la versión 2.0, que es quejarse por todo por el Facebook u otra redes sociales. Algo que me tiene perplejo. Tanto como no querer hablar cara a cara, no escuchar la voz y solo comunicarse en los pocos caracteres de un mensaje de whatsapp. La vida que cambia.

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