martes, 19 de mayo de 2015


CONSIDERACIONES SOBRE "SWEET HOME"

Siempre es de alabar, la llegada de un "slasher" a nuestras carteleras, ese subgénero donde un asesino sin piedad, masacra a todo aquel que pase a su lado, una veces con algún espúreo motivo y en multitud de ocasiones por pura maldad. Este "Sweet home" es del primer tipo.
Y la verdad es que el tema tratado es interesante, pues en estos tiempos de "burbuja inmobiliaria", crear una película de terror sobre el tema de los edificios de renta antigua y los desahucios de sus inquilinos, es para que figure entre sus méritos.

Méritos contraídos por Rafa Martínez, un encargado de marketing en importantes producciones, tanto españolas como estadounidenses y que su paso a la parte más artística se había limitado al cortometraje. En su "opera prima", ha creado un híbrido de múltiples clásicos recientes, y no tan recientes, del horror; los más evidentes serían "Rec" de Balagueró o "La habitación del pánico" de Fincher, aunque esta última sea más de suspense, pero noto la presencia inquietante de Michael Myers en el retrato del asesino, o un bolígrafo clavado en el tobillo, como el lapicero del "Posesión infernal" de Reimi. Nada nuevo pero bien contado, con un guion del propio Martínez, Ángel Agudo y Teresa De Rosendo, lleno de intensidad, angustioso y que mantiene la tensión en la hora y veinticinco minutos que dura la cinta.
En el capítulo de la dirección, mantiene el buen pulso narrativo, con un ritmo vertiginoso y una cámara situada de forma estratégica, con la que podemos disfrutar de unos decorados eficientes, unos exteriores con lluviosos, que apenas nos hace divisar que hay más allá. Imaginación frente al limitado presupuesto, como hizo por ejemplo, Edgar G. Ullmer, en su obra maestra "Detour", donde la niebla no mostraba lo que había detrás, es posible que otro decorado, que nada tuviera que ver con esa genialidad policíaca de Serie B. Muchos aciertos en su prometedor inicio en el cine. Y encima, los efectos especiales, no son por ordenador, sino por maquillaje, lo que otorga ese encanto de los "slasher" ochenteros, con los diferentes "destrozos" en la carne humana, provocados por los Gianetto De Rossi o Tom Savini. La responsable de la "carnicería" es Alma Casal, aunque en más de un momento los crímenes no se muestran, se intuyen, como hizo Tobe Hooper, en "La matanza de Texas".
Música y fotografía adecuadas y unas interpretaciones solventes, con una estupenda Ingrid García Jonsson, como "scream woman" y unos buenos secundarios, donde destaca el frío liquidador de Oriol Tarrida, con su excelente juego del "ratón y el gato", con el resto de personajes que van cayendo de forma muy violenta, ante sus despiadados, pero efectivos métodos.
Nuevo descubrimiento de Julio Fernández, al que el tiempo situará donde merecería estar, pues con su "Fantastic factory" o para "Filmax", es de los pocos que han intentado revitalizar el cáduco cine de terror en España. Sus films serán mejores o peores, pero para mi merece el mayor de los respetos y su solo nombre es sinónimo de pasar por los cines y pagar mi entrada. Su riesgo debería estar más considerado.

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