jueves, 10 de diciembre de 2015


CONSIDERACIONES SOBRE "EL PUENTE DE LOS ESPÍAS"

Llevaba Spielberg tres años sin dirigir nada, concretamente desde la hagiografía de "Lincoln", tema americano por excelencia donde dejaba claro los valores donde se sustenta el imperio yankee. Valores que se pueden observar en esta nueva producción, cine hollywoodiense en estado puro.
 Y es que Spielberg sabe a que público va dirigido, y este no es otro que el estadounidense, así no es de extrañar que salvo la de Tintín, sus últimos largometrajes hayan sido la antes mencionada "Lincoln" y la fallida "War horse", espectáculos donde queda claro que los Estados Unidos es el país de la libertad y esta no es excepción.

Desde el primer minuto de sus casi dos horas y media, todo gira en la diferencia entre el sistema norteamericano y el soviético, uno todo democracia y donde se respetan las libertades del prisionero aunque esto conlleve el desagrado de la comunidad y el otro basado en la tortura, el interrogatorio inquisitivo y la pérdida de los más elementales derechos del prisionero. Y es verdad que tanto en la Unión Soviética como en la República Democrática Alemana se vulneraron las libertades tanto de los extranjeros como de los nacionales. De hecho, cuando vemos en la cinta la construcción del Muro de Berlín, no puedo dejar de pensar que es de las pocas veces en la historia donde la piedra y el cemento servía para que no huyesen los habitantes, no para que no entrasen los enemigos. El comunista ha sido uno de los más atroces regímenes políticos que han existido pero en la coacción al prisionero, precisamente EE.UU. no sale demasiado bien parado. tanto en un caso como en otro buscan el bien común pero al precio que sea. hay un momento en "El puente de los espías" muy bueno, cuando Tom Hanks le explica a un agente de la C.I.A. por qué no va a violar el secreto profesional. Conmovedor pero falso. Porque de eso trata la historia, de un abogado que debe defender a un espía soviético y es tal su celo y buen hacer que acaba inmerso en una negociación en el Berlín este para canjear al agente por un piloto que ha caído en zona rusa y un estudiente acusado de traición. Buen argumento, bien construido por los hermanos Coen y Matt Charman, que Spielberg dirige con su buen hacer de siempre, con planos espectaculares y una ambientación excepcional. Su única laguna es además del evidente maniqueísmo, algunas zonas un poco más flojas y pesadas por lo que en algunos momentos el largometraje se alarga más de la cuenta.
Viendo los créditos, descubrimos a sus técnicos de siempre, con la colosal fotografía de Janusz Kaminsky y el montaje de Michael Kahn pero falta su músico de confianza John Williams, sustituido por Thomas Newman. Desconozco los motivos. Una pena estas pequeñas lagunas porque podría haber sido una película grande pero al "Rey Midas" le pierde su excesivo edulcoramiento, ya que formalmente es un bloque sólido y compacto pero que se agrieta cuando se profundiza sobre la capa exterior. Lo mismo sucede con los actores con un eficaz Tom Hanks, con un papel en el que encaja a la perfección, el de hombre normal que supera él solo cualquier adversidad, una cosa muy americana, lo del "solo ante el peligro", el individuo sobre el conjunto y el simpático espía de Mark Rylance y esa estupenda "coletilla" cuando le preguntan sí está preocupado: "-¿ ayudaría?-". Del resto destaca un envejecido Alan Alda, no en vano tiene casi ochenta primaveras, y para mal la poco convincente esposa del protagonista, una Amy Ryan que ha tenido papeles mejores.
Entretenido producto, aunque creo que su taquilla europea no va a ser demasiado boyante. Confío que Spielberg vuelva cuanto antes al cine de aventuras, el de evasión donde para mí sí que es un grande, uno de los más grandes que ha dado Hollywood. tal vez el haber estudiado durante años el régimen comunista y sus terribles consecuencias hacen que estas almibaradas versiones no consigan ni emocionarme ni que acabe reflexionando. para eso mejor Grossman, Solzhenitsyn o Ginzburg.

No hay comentarios:

Publicar un comentario