CONSIDERACIONES SOBRE LA "CIUDAD DE SANTO DOMINGO"
He visitado varias veces la capital de la República Dominicana y siempre he disfrutado bastante. Santo Domingo tiene un lugar en mi corazón y no solo por los múltiples atractivos que ofrece la ciudad, sino porque aquí se rodó una buena parte de mi primer largometraje documental; "Cuando la tormenta se va..." y todos los momentos vividos entre sus calles no los voy a olvidar nunca. Repito: Santo Domingo tiene un lugar en mi corazón.
Siempre que he acabado por aquí, nos hemos alojado en un apartamento en la zona colonial, muy cerca de la bulliciosa calle El Conde, una de las arterias comerciales más importantes del centro de Santo Domingo. Desde esta zona se puede ir rápidamente andando a todos los lugares turísticos del increíble centro de la ciudad. la catedral, el Alcázar de Colón, la plaza de la Independencia y la de España, con sus magistrales bares y colmados. No en vano, la zona Colonial es patrimonio universal de la UNESCO. ¡Una pasada!. Buenas anécdotas se han vivido entre sus estrechas calles y grandes plazas, pero quien quiera saberlas tendrá que preguntarme. ¡Faltaría más!

Pero para llegar a mi lugar preferido, donde he dejado más amigos y buena parte de mis recuerdos más imperecederos, hay que tomar la autopista 27 de Febrero y antes de salir de la ciudad por la Autopista Duarte, entrar en los humildes barrios de La Altagracia de Herrera, El Café y la Mina.


Pero lo mejor que he conocido por estos lares, se ha debido al rodaje. He conocido gente fantástica, con la que todavía tengo contacto y a la que estoy deseando volver a ver. Gente impresionante, que lucha por sacar a su barrio adelante y que entrega su vida por los demás. Gente mucho mejor que yo. Da la casualidad, que el sentimiento religioso anida en ellos y todo lo hacen en nombre de Dios. Yo, que aunque ateo, siempre he respetado el catolicismo y el cristianismo en general, me maravillo ese espíritu de abnegación y sacrificio, que supera con creces, a la gran mayoría de los "vocingleros" que habitamos en este extraño pais, llamado España, donde no solo se ha perdido el espíritu de sacrificio, sino el mínimo respeto a las ideas de los demás.

Cuánto lamenté (y lamento) haberme perdido aquella experiencia. Jose, inauguro nuevo blog: a ver cuánto aguanto...
ResponderEliminarhttp://arbalejo.wordpress.com/
Leeré el blog y espero que aguantes mucho.
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