CONSIDERACIONES SOBRE "THE LORDS OF SALEM"
¿Quién podría imaginar que Rob Zombie se iba a convertir con los años en uno de los más innovadores e importantes directores de cine de terror? Supongo que casi nadie, pero esta es la realidad. A pesar de su semi clandestino estreno, "The Lords of Salem" tiene todos los ingredientes para convertirse en un film de culto en muy poco tiempo. Una película desquiciada que acaba convirtiéndose en todo un homenaje a la Serie B, que tanto gusta a Rob Zombie... y ¿por qué no decirlo?, también a mi.
Y es curioso, el prestigio que ha adquirido Rob Zombie, que incluso ha sido incluido en el grupo "Splat Pack" que se creó en la revista Total Film, junto a James Wan, Alexandre Aja, Neil Marshall o Eli Roth, entre otros y por la que ha podido realizar trabajos mucho más personales, como éste que comentamos en esta entrada.
La cinta es todo un canto al cine de horror y las referencias a otros títulos son constantes. El ritmo es bastante menos esquizofrénico que en "La casa de los mil cadáveres" o "Los renegados del diablo" y las buenas sensaciones dejadas en esas primeras películas o los dos Halloween, se ven reafirmadas en su trabajo más personal hasta la fecha.
La historia recuerda mucho a "La semilla del diablo" y ese juego icónico y metafórico al de esa etapa de Roman Polanski, pero "La posesión" de Andrzej Zulawski también esta presente y sobre todo mucho del cine "giallo" italiano. Y es que, al aparecer los títulos de crédito, creía que la fotografía sería de Luciano Tovoli, Mauro Marchetti o Alberto Spagnoli, en vez del desconocido Brandon Trost, con el que ya había trabajado en "Halloween II". Ecos de Dario Argento, Mario Bava, Michele Soavi o Lucio Fulci, pasean por todo su metraje, en una película que me temo que va a ser muy incomprendida y que pasará bastante desapercibida, aunque también vaticino que los años la van a convertir en una auténtica "cult movie".
El eje principal de sus algo mas de cien minutos, es la cotidianidad del mal, en un ambiente plomizo, irreal y muy extraño, con unos personajes malsanos y amorales, pero jugando la baza de una ciudad tranquila y unos lugares no demasiado inquietantes.
Hay que destacar la buena música electrónica, que ha elegido Rob Zombie, para elevar la tensión, con sonidos profundos y muy "machacones", junto con grandes canciones lisérgicas de bandas de los sesenta e íconos del heavy metal y de la Serie B americana, que pueblan paredes, televisores u oscuros rincones.


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