CONSIDERACIONES SOBRE "MAD MAX: FURIA EN LA CARRETERA"
Aparte de la nueva entrega de "La guerra de las galaxias" que llegará en diciembre, esta era la cinta que más me apetecía ver en este 2015, sobre todo después de ver su "trailer". Parecía una obra espectacular e inclasificable. Justo, lo que es este "Mad Max", una joya que con el paso del tiempo se podrá observar toda su dimensión.
Un largometraje que va más allá del cine de acción. Una cuarta parte que supera las anteriores, porque se podría esperar que "Mad Max: furia en la carretera" fuese un remake de su primera entrega, pero nada que ver. Un delirio audiovisual que supera cualquier barrera y que me ha dejado "agarrado" a la butaca en sus dos horas de metraje. Así da gusto ir al cine.


Pero lo que apoya todo este compendio de buen hacer es un equipo técnico brillante y eficaz, comenzando con la alucinante fotografía del cuatro veces nominado y ganador del Oscar por "El paciente inglés" John Seale, el abrumador montaje, uno de los "platos fuertes" del filme, que mejora todas las vibrantes secuencias por el desierto , a cargo de Margaret Sixel, a la que no conocía y a la que habrá que seguir en sus próximos trabajos, la banda sonora del cada vez mejor Junkie XL, a la altura de su gran partitura para "300: el origen de un imperio" o todos los decorados y dirección artística, de los relativamente recientes como principales responsables, Shira Hockman y Jacinta Leong, aunque lleven trabajando en el departamento de arte, toda su carrera. Huelga decir, que los efectos visuales y de sonido son una maravilla, los de ordenador pero sobre todo "los de toda la vida" son inolvidables. Tanto como este "Mad max: furia en la carretera". Una obra grande, que cuenta bastante más de lo que parece, pero encima, lo narra con imágenes tan sobrecogedoras que solo se puede albar tal despliegue de imaginación.
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