CONSIDERACIONES SOBRE "EDUARD MUNCH. ARQUETIPOS (MUSEO THYSSEN- BORNEMISZA)"
Una de las cosas que más echo de menos de vivir en provincias y no en una ciudad grande es poder visitar exposiciones pictóricas y museos que han sido parte de mi vida. Aprovechando el tradicional viaje navideño para ver a familia y amigos, aproveché para conocer de "primera mano" esta interesante muestra.


Un recorrido por uno de los artistas más importantes del siglo XX y que más han marcado ese periodo de mi vida donde devoraba todo y que va desde los quince o dieciséis años hasta cerca de los treinta y que me ha transportado a momentos de mi pasado muy especiales, sobre todo al ver luego en la colección permanente las obras de Nolde, Kirchner o Schmidt- Rottluff que me transportaron al museo Die Brücke" de Berlín en una época convulsa de mi existencia donde me acercaba a los planteamientos vitales de estos maestros.
Cada vez tengo más claro la importancia de la pintura en mi recorrido emocional y lo mucho que me ha aportado, imagino que lo sigue haciendo, pero hubo un tiempo donde era una de las bellas artes fundamentales en mi existencia, cosa que jamás ha conseguido la escultura o la arquitectura, a pesar de lo mucho que me gustan pero que ni de lejos se acercan a lo que he podido sentir en las salas del Museo del Prado o el Reina Sofía, con diferencia los centros que más he visitado, lugares que conozco de memoria y que he disfrutado y enseñado en múltiples ocasiones a múltiples personas que en su multiplicidad han pasado por mi vida, algunas siguen y otras fueron un fugaz, o no tanto, momento amoroso o de amistad. Queda claro que según pasan los inviernos la pintura me retrotrae al pasado y a la melancolía. Es por ello que esta retrospectiva de Munch es tan interesante para un sujeto como yo. ¡Si hasta tuve un pequeño Síndrome de Stendhal contemplándola!, solo fue un pequeño mareo pero ¡hace cuanto tiempo que no me pasaba eso!
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