CONSIDERACIONES SOBRE EL AZKENA ROCK 16 (VITORIA 17-18-06-16)
Casi todos los años, salvo el pasado, me suelo pasar por Vitoria a ver el festival rockero por antonomasia de los que se celebran en la península ibérica. Este año tampoco he faltado y la crónica la he escrito para La Caravana del Rock, por lo que el enlace se puede acceder pulsando
aquí
El
Azkena Rock Festival es una de las citas
ineludibles para cualquier amante del rock que se precie. Y en este 2016
el cartel era de los más atrayentes de los últimos años, dos días de
conciertos entre el viernes 17 y el sábado 18 de junio de 2016, con más
de una mejora en el excelente recinto como es la interesante oferta de
comida y bebida y la ampliación del segundo escenario, retirando la
carpa y dejándola al aire libre. Por cierto muy bonitos los tres
escenarios, con los nombres de los fallecidos
Lemmy Kilmister, David Bowie y Scott Weiland
(más la carpa Merle Haggard) y una decoración con caricaturas de los
rostros de los músicos. Una idea que gustó a casi todo el público.
VIERNES 17
Los directos comenzaban en la vitoriana Plaza de la Virgen Blanca con
JULIÁN MAESO, del que ya hemos escrito
en más de una ocasión y que sigue con su exitoso
One way
ticket to saturn”. Por desgracia la lluvia solo le dejó interpretar
cuatro canciones y fue reubicado por la tarde, aunque no pude verle por
solaparse con Vintage Trouble, me dijeron que estuvo soberbio
como
siempre. En pleno diluvio, les tocaba abrir fuego a los vizcaínos
THE FLYING SCARECROW,
banda de metal bien elaborado, aunque tocaron con el público alejado y
resguardado bajo los toldos que la organización había colocado
estratégicamente, aunque algunos aventureros se situaron bajo las
tablas, comulgando con lo que ofrecieron en sus 35 minutos el quinteto
de Sopelana. Banda a

seguir. Del principal pasaba al tercero para ver a
JARED JAMES NICHOLS,
trío encabezado por el de Wisconsin y que fusionan el rock con el blues
y que en tres cuartos de hora dejaron muy buenas sensaciones, a pesar
de la lluvia. De ahí corriendo a ver a
DANIEL ROMANO
y
su fusión de country y folk con sonidos más actuales tipo stoner o post
punk. No es que estuviese mal, pues me quedo con temas como
“Toulose” o
“I had to hide your poem in a song” pero no trasmitió demasiado y sus 45 minutos resultaron demasiado fríos. Y tras el canadiense llegaban los californianos
VINTAGE TROUBLE,
a los que pude ver el año pasado como teloneros de AC/DC. Todas las
buenas sensaciones se confirmaron con uno de los conciertos más
espectaculares del festival, cuarteto vestido de traje “en modo años
cincuenta” y con un front man impagable como Ty Taylor que a pesar de la
lluvia nos hizo bailar, cantar sus canciones e, incluso, se arrojó al
público. 50 minutos de swing, blues y rock con “temazos” como
“Pelvis pusher”, “Run like the river”, “Doin’ what you were doin’”, “Not alright by me” o
“Nobody told me”.
Me declaro fan de los estadounidenses. En mí opinion los triunfadores
del Viernes. Del David Bowie tras el arrollador paso de Vintage Trouble
fui al Lemmy Kilmister a disfrutar de una de las grandes damas del
country como
LUCINDA WILLIAMS y desde el
“Protection” o el
“Can´t let go” con el que comenzó hasta la versión del
“Rockin’ in a free world” con
la que finalizó, daba la impresión de estar viendo a una leyenda de la
música americana. Eso es lo que representa Lucinda Williams y aunque en
su hora y cuarto tuviese temas tan locales que resultasen más
complicados de llegar para el espectador medio, fue una lección de
profesionalidad y de respeto al género propio de los Estados Unidos, ¡y
además cesó de llover! Y más del país de las “barras y estrellas” con
BLACKBERRY SMOKE, uno de los quintetos fundamentales del rock sureño y que ya vi presentando su
“Holding all the roses” el año pasado en el Download inglés y que desde los primeros acordes del
“Fire in the hole”
dejaban a las claras su gusto y su talento con la música. Los
georgianos convencieron en sus setenta minutos con temazos del calibre
de
“Six ways to Sunday”, “Let me help you (find the door) o
“Ain´t much left of me”. Y de la clase de los de Atlanta a los suecos
THE HELLACOPTERS, que sustituían a última hora a

Primal
Scream, cambio que al que suscribe le encantaba, pues solo se ha podido
ver esta reunión en el Sweden Rock y aquí, la banda que inició la
llamada “ola escandinava” que siguieron bandas del calibre de Gluecifer o
Backyard babies. En su hora y veinte minutos desgranaron, sobre todo,
su mítico primer disco
“Supershitty to the max!”, una
genialidad que los Nicke Royale y Dregen interpretaron ante un entregado
respetable. El único debe es el sonido que no terminó de convencer. Aun
así gran concierto. No se puede decir lo mismo de
DANZIG,
la gran decepción de la jornada, pues es una banda que adoro y nunca
había podido ver en directo pero a pesar de los buenos músicos que
traía, Glenn Danzig no es “ni sombra de lo que fue” y con una voz fuera
de tono y con gritos sin sentido se dedicó a destrozar clásicos de su
repertorio como
“Mother” (¡por Dios, que mal sonó!) o del reciente
“Skeletons” como
“Devil´s angels” o
“Satan”. Una pena. Para cerrar el día el curioso espectáculo
“Gutterdämerung”,
una proyección de sesenta y cinco minutos sobre el bien y el mal en
clave de rock, con Henry Rollins declamando en vivo, Lemmy, Tom Araya,
Iggy Pop o Slash como actores en el largometraje y una banda de rock en
directo tocando temas propios del film y versiones de Black Sabbath,
Motorhead o Slayer. Un “fin de fiesta” magnífico para una buena jornada
de viernes.
SÁBADO 18
Comenzábamos la andadura en la Virgen Blanca para ver a
LUKE WINSLOW- KING
y su blues de raíces profundas, blues del delta de su Nueva Orleans
natal con el aderezo de rock & roll. Su carta de presentación era su
último disco
“Everlasting arms” y con temas como
“Cadillac Slim”
dejó unas grandes sensaciones. De ahí visité los excelentes bares que
ofrece la capital alavesa y entre pinchos y txacolí, llegué al recinto
mendizabala justo antes de comenzar en el tercer escenario los
sevillanos
THE MILKYWAY EXPRESS, que convencieron a los presentes con su blues-rock con tintes setenteros. Un inicio magnífico que

continuó con
RAVENEYE,
el trío de Oli Brown que pudimos ver por aquí en los extintos “Isla del
Blues” y “Serie Z”. Siguen en un momento álgido, con su virtuosismo con
las seis cuerdas, temas como
“Run away” o
“Home sweet home”
que le hicieron tocar y cantar entre el público o interpretar un solo
encima de los hombros de su bajista Aaron Spiers. De 10. Tanto que por
el concierto de los británicos y la acumulación en el David Bowie, no
pude disfrutar como debía de los australianos
RADIO BIRDMAN,
uno de los platos fuertes de la jornada. Pura energía y que en su hora y
diez minutos repasaron una carrera que lleva desde mitad de los
setenta. Se les nota mayores pero una reunificación de las históricas.
IMELDA MAY
estaba irreconocible, sin su tupé y su ceñido vestido cambiado por
melena suelta con flequillo pero con su enérgica y peculiar voz y su
banda de rock y rockabilly. Lástima que no sonó del todo bien pero su
profesionalidad y un set list acertado, empezando con el
“Tribal” de su último disco de nombre homónimo, hasta un final antológico con
“Psycho”, “
Mayhem” o su archiconocida
“Johnny got a Bom Bom” llevaron la singladura a buen puerto. Y tras la irlandesa, los británicos
FIELDS OF THE NEPHILIM,
padres del rock gótico y que realizaron un notable concierto,
atmosféricos, con su indumentaria de cowboys siniestros y la voz grave y
entonada de Carl Mc Coy. Muy complicado de verlos en España, agradecí
las pocas personas que nos encontrábamos para disfrutar con
“Moonchild”, “Love under will”, “Psychonaut”o
“Last exit for the lost”, canciones que si bien tengo en disco nunca había podido escuchar en vivo. Tras ellos, el “cabeza de cartel” del festival,
THE WHO
en su gira 50 aniversario. 8 músicos entre ellos Pino Palladino al bajo
y el hijo de Ringo Starr a la batería, Pete Townshend con su eterna
guitarra solista y su hermano a la de acompañamiento y un Roger Daltrey
bien de voz perpetraron un concierto memorable. Hora y media que comenzó
con
“I can´t explain”, “Substitute” y
“Who are you?”, siguió con himnos como
“My generation”o
“Behind blue eyes” y acabó con las inenarrables
“Pinball wizard”, “Baba O´Riley”y
“Won´t get fooled again”.
Uno de los conciertos más grandes que se pueden ver en la actualidad. Y
aunque no pensaba que pudiese seguir disfrutando en ese nivel, ahí
estaba
MARKY RAMONE para demostrarme lo contrario. Su
Blitzkrieg 40 years of punk, se centra en un repertorio centrado en Los
Ramones y en hora y veinte sonó todo lo que tenía que sonar de los
inmortales neoyorkinos, y que decir de
“Do you wanna dance?”,
“California sun”, “Pet sematary”, “Rock & Roll high school”, “I
wanna be sedated”, “Beat on the brat”, “Sheena is a punk rocker”, “Do
you remember Rock & Roll radio?”o
“Blitzkrieg bop”.
Un seguro como diversión y además sin parar de moverse por el escenario
e interconectar con el auditorio sin necesidad de para a hablar,
enlazando un tema tras otro. Y para cerrar quedaban
SUPERSUCKERS, con Eddie Spaghetti a la cabeza y su solidísima rock desde el
“Good livin´” de inicio hasta el
“Born with a tail” de cierre. ¡Y pensar que antes llegamos a verlos en Cádiz!. Cerrojazo a un Azkena 2016 memorable.
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