CONSIDERACIONES SOBRE "EL MAPA Y EL TERRITORIO"
Sobre "El mapa y el territorio" tengo que decir que Houellebecq ha vuelto a "dar en el clavo". Toda la novela es un "canto al pesimismo". Como en el resto de su obra, los personajes son ricos, cuando no millonarios económicamente, aunque muy pobres en sus relaciones, y así las 377 páginas se convierten en una colección de visitas, despedidas, adioses y muertes. Narrada en tercera persona, con esa lucidez de la que siempre ha hecho gala el francés. La historia es muy interesante, pero como pienso hacer siempre no la voy a resumir, ni hacer ninguna sinopsis, con unos secundarios de auténtico lujo. Y ésto, ha sido otro de los puntos que más me han sorprendido, ya que uno de los secundarios más importantes de la novela, es el mismo; Michel Houellebecq, escritor. Lo cual es sorprendente, dejándonos helados y consiguiendo que se lea seguida, de "un tirón", ante la perplejidad de intentar descubrir al Houellebecq real y al Houellebecq personaje. Todo un acierto.
La crítica a la sociedad actual sigue estando presente y no es extraño encontrar impresentables directivos alcoholizados en fiestas, madres suicidas, empresas que comercian con la eutanasia, envidias en el mercado del arte. Vamos, lo que viene a ser vida.
Ya convertido en una estrella mediática, el autor de "Plataforma", se puede permitir el lujo de escribir lo que le apetece, cuando le apetece, por lo que sus geniales libros serán alabados por sus numerosos lectores, me incluyo, o criticados de forma furibunda. Pero este laberinto de emociones llamado "El mapa y el territorio" ha conseguido que tenga la sensación de haber leído un libro que será un clásico en el futuro. Como finaliza un artículo del Prinz, que aparece en la contraportada; ¡Larga vida a Houellebecq!
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