CONSIDERACIONES SOBRE "JERSEY BOYS"

El hecho de que se haya estrenado esta película y de que la tuviese anotada como imprescindible no es otro que el nombre de su director: Clint Eastwood, uno de los pocos clásicos que quedan todavía con vida. Sus filmes pueden ser mejores o peores, sin ir más lejos este que nos ocupa es solo correcto, pero están filmados de una forma que ya no se ve.

Este "Jersey boys" es su trigésimo tercer largometraje, lo cual dice mucho, y desde que estrenó "Bird" a finales de los ochenta, he visto cualquier nueva producción suya en los cines, que suman la friolera de veinte. Imagino que seguiré esta linea con cada nuevo estreno.

Y lo que quiero explicar con este prefacio, es que soy fan declarado de Eastwood como director, casi todas sus películas me parecen fascinantes y varias obras maestras, desde "El jinete pálido"a "Sin perdón" pasando por "Bird", "Cazador blanco, corazón negro" o "Million dollar baby", entre otras. Por ello, los "Jersey boys" me ha dejado un tanto frío. Y no se puede decir nada en torno a la puesta en escena que es sobresaliente como de costumbre, con una ambientación de las distintas épocas magistral, sobre todo de los cincuenta, y un vestuario bien elaborado y que parecen sacados de la época y no de una fiesta de disfraces. Gran labor en la dirección artística de Patrick M. Sullivan jr. que lleva trabajando con Eastwood desde "El intercambio" y Deborah Hooper en vestuario, que lleva toda la vida trabajando con él, desde "El jinete pálido" ha ido ascendiendo hasta firmar como responsable desde "Space cowboys". No son los únicos, pues una de las marcas de la casa del cine de Eastwood es la fotografía, con esos tonos con claroscuros y de un color que no se ve en la actualidad. La firma otro habitual, Tom Stern, lleva la cinematografía desde "Deuda de sangre" y el montaje académico y formal de sus fieles Joel Cox y Gary D. Roach, llevan siendo fieles desde "Ruta suicida" y "Cartas desde Iwo Jima". Como parece claro, confía en su equipo y no le fallan, pues técnicamente es grandiosa, con decorados magníficos y movimientos de cámara estupendos, desde el inicial bajando desde el cielo, a las múltiples grúas, travellings y planos bien pensados, elaborados y ejecutados.

Pero también contiene defectos. El más evidente, el guión, pues por lo visto está basado en un musical de cierta fama en Broadway, aunque no lo conozco, que narra la historia de cuatro chicos de Nueva Jersey que forman un grupo, gracias a su talento y a ciertos contactos con la mafia y al que asistiremos a su auge y posterior caída. A priori, suena interesante, pero el problema reside en que ni funciona como musical, ni como drama, ni como comedia y ni siquiera el punto mafioso tiene interés. Demasiado almibarada y sin demasiado ritmo narrativo, hace que la acción resulte lenta y pesada y tan solo los múltiples recursos visuales del maestro Clint Eastwood consiga mantener un poco la tensión. Incluso se permite el lujo de romper "la cuarta pared" y escuchar a los personajes monólogos directamente a cámara.
En cuanto a la parte artística, ni bien ni mal, nadie está espléndido ni nadie chirría demasiado. Los protagonistas son actores surgidos de series de televisión y el gran Christopher Walken se le ve un tanto desaprovechado. Lo que si es horroroso, y es la segunda tras "J. Edgar", es el maquillaje final. No entiendo como se puede hacerlo tan mal con tan amplio presupuesto.

Bien rodada pero lejos de lo que se puede esperar por culpa de un guión con demasiados errores. Puede tener algo que ver el hecho de que no me gusten  los conjuntos de pop y los Four Seasons no dejan de ser una banda para adolescentes de la época. Prefiero la contundencia y la banda sonora de "Bird". Aún así, Clint Eastwood sigue filmando de una manera que en estos tiempos de "realizaciones a lo videoclip" agradezco sobremanera, pues mantener el plano en la secuencia y no cortarlo al segundo es la forma en la que siempre he entendido el cine, narrando desde lo visual y no con una mera ensalada de fotogramas.