martes, 29 de septiembre de 2015


CONSIDERACIONES SOBRE "IRRATIONAL MAN"

Como todos los años por estas fechas tenemos la nueva cinta de Woody Allen y como todos los años por estas fechas toca ir al cine a ver que ofrece el maestro neoyorkino. Y eso que su cine peca, en los últimos años, de irregular, con más estrenos mediocres que sus genialidades, sobre todo en los ochenta y noventa.
El punto de partida de esta es el de una de sus más absolutas obras maestras de aquella época, nada menos que "Delitos y faltas" (1989), un film que marcó mi adolescencia, pues recuerdo que cuando la vi en los extintos cines Madrid de la Plaza del Carmen de la capital del Reino, me dejó helado como se justificaba un crimen y que uno como espectador estuviese de acuerdo.

Esa falta de moralidad, esa forma de saltar la culpa y la redención, muy en la órbita del "Crimen y castigo" de Dovstoievki generaba una genialidad novedosa, con un planteamiento arriesgado pero que encima estaba narrado con una parte de tragedia, protagonizada por Martin Landau y otra de comedia, encabezada por el propio Allen. Con los años ha vuelto con "variaciones sobre el mismo tema" con la fallida "El sueño de Cassandra" y la sobrevalorada "Match point", por lo que no sorprende este profesor de filosofía amargado y sin ganas de vivir que gracias al crimen recupera un sentido para su existencia. Por desgracia tiene más de las últimas que de la que inició este tema, aunque se ve con agrado, no como sucedía en engendros, por mencionar algunos de los últimos diez años, como "Scoop", "Vicky Cristina Barcelona" o "A Roma con amor".
Este largometraje número cuarenta y ocho, como ocurre con sus anteriores "Magia a la luz de la luna" y "Blue Jasmine" no termina de despegar y se convierte en una especie de "divertimento" muy bien filmado, con una notable selección de temas en su banda sonora y una fotografía excelsa de su habitual en la actualidad, Darius Khondji, buen montaje, ritmo narrativo acertado y los temas recurrentes que Allen maneja y escribe tan bien. En el fondo, tampoco se puede decir nada malo, solo que no soporta la comparación con ese monumento que es "Delitos y faltas".
Bien los actores, sobre todo su triángulo protagonista, con el excelso Joaquin Phoenix, como maestro de ceremonias, la pizpireta Emma Stone y una Parker Posey, como irresistible mujer madura, lo que los jóvenes llaman MILF.

El año que viene, como digo siempre, volveré al cine a ver su nueva historia y como imagino, no colmará mis expectativas. Tal vez sean demasiado altas pero es que este señor es parte de mi educación sentimental, he madurado con su cine, he llevado a novias, chicas que intentaba seducir llevándolas a mi terreno o con amigos donde se generaban charlas hasta altas horas de la madrugada, por lo que nunca voy a olvidar todos esos momentos y aunque no lleguen a las cotas que espero, suelen ser mejores que casi toda la cartelera actual. ¡ Menudos divertmentos!

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