jueves, 1 de agosto de 2013


CONSIDERACIONES SOBRE "EXPEDIENTE WARREN (THE CONJURING)"

Algunas veces el cine de terror consigue creaciones fantásticas, películas que una vez vistas, uno sabe que es muy probable que haya asistido a un nuevo clásico del género. Imagino que ocurriría con "El exorcista" de William Friedkin, "La profecía" de Richard Donner o "El resplandor" de Stanley Kubrick. Esa sensación tuve al abandonar la sala donde había presenciado "Expendiente Warren (The conjuring)"
Y eso que esperaba bastante por un trailer maravilloso y el buen hacer habitual de su director, el taiwanes James Wan, autor de joyas del terror moderno como "Saw" e "Insidious" y miembro, junto a otros buenos realizadores de cine de horror, del llamado "Splat pack". Pero no esperaba tanto en tan poco metraje, pues la cinta no llega a las dos horas.
Una ambientación extraordinaria que nos lleva de forma inmediata a los años 70, tan trabajada que solo por eso merecería la aprobación. Pero es que encima las interpretaciones son impecables destacando a las dos féminas, una Vera Farmiga, al alza, creando un registro sobrio e inquietante y una Lily Tailor, magistral, con un personaje lleno de matices y giros dramáticos. El resto del reparto cumplen muy bien sus diferentes papeles, empezando por el protagonista Patrick Wilson y sobre todo, y con lo difícil que es eso, los niños. Ya que como ocurría en "Insidious", los hijos de los "embrujados", actúan como infantes, con reacciones propias de tan tierna edad, por lo que su indefensión ante las entidades malignas es creíble y consigue que suframos al ver sus desventuras.
Y este es uno de los grandes aciertos de "The conjuring", como de la filmografía de James Wan: La película da miedo, crea situaciones muy malsanas y sin abandonar el archiconocido tema de la casa con fantasmas y maldiciones varias, consigue "dar una vuelta de tuerca más" y crear un producto conocido pero novedoso, algo nuevo en lo visto numerosas veces.
Y es que Wan, se siente cómodo en el género y demuestra un grado sumo de compromiso con su historia y mucho perfeccionismo; ya que a la perfecta ambientación, con lo que conlleva de vestuario, peluquería y dirección artística y el enorme trabajo con los actores, hay que sumar un guión laberíntico y con ideas muy simples, pero muy impactantes, como ejemplo hay una secuencia que crea un terrible desasosiego, solo con unas palmadas, que funciona a la perfección, una banda sonora de Joseph Bishara, muy machacona, eléctrica y siniestra y un manejo de la cámara y de la puesta en escena impresionante, planos largos, complejos y en algún momento, incluso, épicos y excesivos. Y eso no es normal y por eso intento demostrar el gran talento de James Wan como director, en el que empiezo a vislumbrar sus claves como realizador. Un universo personal y una manera de entender el cine muy de mi agrado, como sucede en Sam Reimi, David Cronenberg o John Carpenter, por citar algunos representativos del fantástico y el terror, con ideas propias y "marcas de la casa".
Otro punto en su haber, es el hecho de que los efectos especiales y sonoros, que son magníficos, están supeditados a la narración, consiguiendo así que sean mucho más aterradores. Como colofón, tendría que decir que ojalá siempre uno saliese del cine pensando que ha visto un clásico. Es una de las sensaciones más enriquecedoras que puede llegar a sentir uno como cinéfilo. ¡Bravo, Mr. Wan. Me ha hecho muy feliz!. Espero que con su segunda parte de Insidious mantenga este tono.

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