jueves, 2 de enero de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "EL MÉDICO"

La primera película que he visto en este recién inaugurado 2014 ha sido esta producción alemana, que llega con el "sello" de basarse en un conocido best seller firmado por el estadounidense Noah Gordon. Algo bastante extraño, pues es mas normal adaptaciones norteamericanas de libros europeos.
La dirige Philip Stölz, un realizador con una, hasta ahora, filmografía menor. Imagino que tras el más que previsible éxito de taquilla, mejorará su actual estatus, aunque bastantes lagunas lastren buena parte de su metraje.

Tengo que confesar que a pesar de mi voracidad lectora, no he leído ni "El médico", ni nada escrito por Noah Gordon, pero no suelo leer best sellers, exceptuando los de novela negra y ciencia ficción. ¡Que le vamos a hacer! Nadie es perfecto, que escribió Billy Wilder. Prefiero otro tipo de literatura.
Eso si, me emocionó mucho ver el logotipo de la mítica productora UFA al inicio del filme. De inmediato llegaron a mi mente esas obras maestras del cine mudo tipo "Nosferatu", "El anillo de los nibelungos" o "La caja de Pandora" y nombres como los de Fritz Lang, F.W. Murnau, Robert Wiene o G.W. Pabst. El problema es que eso fue lo único que me emocionó. Las imágenes que se sucedían a continuación no llegaron "a decirme nada", transitando entre la irregularidad más absoluta, con buenas ideas bien resueltas y otras de un hastío total.
Porque "El médico" no es una mala cinta. A pesar de sus dos horas y media, tiene ritmo e intenta no decaer, pero el principal problema es que parece rodada para televisión y eso es algo que no se puede perdonar a una superproducción, aunque no tengo ni idea de cual ha sido su presupuesto. Imita el estilo de las grandes películas de aventuras hollywoodienses de los cincuenta o sesenta, pero, para su desgracia, sin conseguirlo nunca y con esa típica fotografía de las grandes series europeas, firmada por Hagen Bogdanski, al que se le debe "La vida de los otros", por ejemplo. El resto de la parte técnica es germano en su práctica totalidad, en la que destaca su dirección artística y escenografía.
En su vertiente artística, también se mantiene el tono de irregularidad con "luces" en las creaciones de Stellan Skarsgard, Ben Kingsley como Avicena, no se el por qué es llamado Ibn Siná  y Olivier Martinez y personajes menos notables como los del  protagonista Tom Payne y una "partenaire" como Emma Rigby, de grandes ojos y papel de "mujer florero". Y éste es otro de los lastres; dejar la historia de aventuras y centrarse en una relación amorosa maniqueísta y demasiado "azucarada".
Eso si, lo que me ha dejado perplejo, y me sorprendería que estuviese en la novela, es el radical alegato contra el integrismo islámico, convirtiendo a los judíos en los garantes de la sabiduría, pueblo que acoge a otras culturas, estudiosos y trabajadores frente a la barbarie que ofrecen los ulemas, a los que solo les interesa el Corán, convirtiendo una madrasa como universidad en escuela coránica. Como se ve, muy políticamente incorrecto. Solo por esto, merece mi reconocimiento, ya que sobre el tema, en mi opinión, supera a esperpentos intelectuales del tipo "El reino de los cielos" o "Ágora".
Fácil de ver y fácil de olvidar. No pasará a la historia pero es un entretenimiento eficaz. Aunque para adaptaciones alemanas de novelas de éxito, siempre preferiré la espléndida y muy valorable "El perfume" de Tom Tykwer sobre el libro de Patrick Süskind.



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