viernes, 14 de marzo de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "SCORPIONS (LISBOA 10-03-14)"

Ya he dejado lo suficientemente claro en otras ocasiones, mi querencia por el rock en varias de sus múltiples facetas, así que aprovechando que era la única fecha en la que podía viajar, no dudé un instante en asistir a la, más que presumible, última gira de Scorpions, en la ciudad de Pessoa.
Así que, junto a un grupo de amigos, nos embarcamos en unos días por la capital de Portugal, a la que ya he dedicado una entrada hace tiempo y que me encanta, con el plato fuerte de ver en directo a la inmortal banda teutona en su gira de despedida.
Lo primero que quiero reflejar es el excelente recinto donde se celebró el evento y que lleva por nombre Meo Arena. Un pabellón enorme con una acústica excepcional y en el que a pesar de la gigantesca marea humana que poblaba sus gradas, pudimos encontrar un hueco, relativamente cerca, en la pista donde disfrutar de dos horas de gran música. No dudaré, ni por un momento, regresar a tan magno y nuevo lugar, ya que está pensado para no perder calidad de sonido en su enormidad de aforo. Calculo que entre quince y veinte mil personas.
Pero volviendo a Scorpions, se marcaron un concierto increíble, lleno de momentos inolvidables y donde demostraron que a pesar de la veteranía siguen siendo una de las bandas grandes con una base rítmica de muchos quilates encabezados por el batería James Kottak, al que le llegó su turno de lucimiento antes de la "traca final" y el bajo Pawel Maciwoda que, sin duda, es el que menos peso tiene. Las guitarras son uno de sus fuertes con el gran Mathias Jabs y, sobre todo, el carácter, la fuerza y el talento impresionante de un Rudolf Schenker, por el que no parecen pasar los años y que ataviado con su sempiterna Flying V, deleitó a todos los presentes. mención aparte merece su vocalista, Klaus Meine, que con más de sesenta años, sigue manteniendo un tono de voz envidiable. Quizás no comparable al de hace veinte años, pero aún así a la altura de muy pocos. Una maravilla.
Comenzaron su actuación con "Sting in the tail", "Making it real" y "Is there anybody there?" para pasar por uno de los primeros vibrantes del concierto con "The zoo", uno de esos grandes temas del "Animal magnetism", al que siguió el primer momento de solos con "Coast to coast". No bajaron el listón con la sensacional interpretación de la preciosa "Loving you sunday morning". En ese momento ya estábamos todos entregados y se confirmó con "We´ll burn the sky" y "The best is yet to come" para pasar toda la banda al centro de la pasarela que unía al grupo con el público para maravillarnos con una de las especialidades de Scorpions: las baladas. "Send me an angel" y "Holiday" llevaban el punto álgido. Eso si, me sorprendió que Rudolf Schenker tocaba una Flying V ¡acústica con caja!. ¡Qué grande. Jamás había visto nada parecido!. El concierto continuaba con "Raised on rock", "Tease me, please me" y "Hit between the eyes" para dar paso al antes mencionado solo de Kottak, que preparaba un final de infarto con "Blackout", un solo magnífico de los dos guitarras y Klaus Meine con una tercera y "Big city night", antes de los consabidos bises que fueron "Still loving you", "Wind of change" y "Rock you like a hurricane". Parecía el final pero nos tenían preparada una sorpresa tocando "No one like you", la que llevaban ignorando en los últimos shows. Por lo tanto el delirio era máximo y la sensación de haber vivido algo grande, sobrevolaba todo el escenario entre sus numerosos efectos de video, pirotecnia y neones y luces.
Siguen siendo uno de los "cabezones" del rock, capaz de convocar multitudes ávidas de su música, aunque los viera hace algunos años en el Campo de Fútbol de Talavera de la Reina para unas dos mil personas. Cosas que pasan.

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