CONSIDERACIONES SOBRE "BARBACOA DE AMIGOS"
Éxito arrollador en Francia. Comedia dramática de buenos sentimientos que de vez en cuando nos regala el pais vecino poblando las carteleras, las últimas que recuerdo fue "Bienvenidos al norte" e "Intocable", y que en su gran mayoría se ven con agrado.
Porque existen películas buenas, regulares, malas... y bonitas. Esta que nos ocupa entraría en la última categoría, pues a pesar de sus defectos, comenzando por el ombliguismo y con algunas situaciones demasiado almibaradas e irreales, tiene notables virtudes que hace que un espectador como yo, pase un excelente rato en la sala de cine, con una sonrisa en los labios y sintiéndome partícipe de ese grupo de amigos snobs, sibaritas, burgueses, infieles y en el fondo terriblemente humanos.
Y mucho se debe al divertido guión que han escrito Héctor Cabello Reyes y su director Eric Lavaine, narrando la vida de un grupo de amigos casi cincuentones que se conocen desde la universidad y que superaran su crisis de la mediana edad con una serie de barbacoas, carreras populares y vacaciones que acometerán todos juntos, mostrando sus valores, miserias, penas y alegrías.
El fantástico guión, muy bien enlazado con una estructura muy clásica de tres actos mantiene un ritmo admirable, merced a la acertada realización de Eric Lavaine que consigue con unos ágiles diálogos y unas situaciones que a pesar de ser tópicas, conmueven y consiguen que el público a quien va destinada la cinta consiga sentirse identificado con las situaciones que vemos en pantalla.
El capítulo actoral es magnífico, como debe ser en una historia coral, donde no existen efectos ni digitales ni de sonido y donde todo el peso de la acción se encuentra en los diálogos y los diferentes estados de ánimo de los personajes. El protagonista y quien se sitúa como eje de la narración es el grandísimo Lambert Wilson, uno de esos intérpretes de gran talla, que aquí emociona como un seductor de mediana edad al que la vida le da un revés inesperado en forma de infarto que hará plantearse su vida. Interpretación tan conmovedora como la de monje en la increíble "De dioses y hombres". Le acompañan una pléyade de excelentes secundarios como son Franc Dubosz, Florence Floresti, Guillaume De Tonquedec, Lionel Abelanski, Jerome Commandeur o Sophie Duez, entre otros. El nivel de los actores junto con el guión son los puntos fuertes del film y en ellos se basa Lavaine.
El resto con el montaje, la preciosa fotografía y las canciones que componen su banda sonora, entre ellas el "Passenger" de Iggy Pop que he perdido la cuenta en todos los filmes donde aparece, no hacen sino apoyar la acción que desarrolla esta barbacoa de amigos, tan miserables como humanos.
Porque sigo manteniendo amistades de muchos años, algunos más de veinte y me precio de conservarlas, es normal que pueda sentirme identificado con las diferentes situaciones que refleja la historia, ya que también he pasado vacaciones y numerosas salidas con mi gente y he visto como el paso del tiempo nos ha ido transformando a todos. Ahora, en mi recién estrenada cuarentena, veo que he cumplido muchas de las cosas que con veinte ni siquiera podría imaginar, desde viajar razonablemente, visitar restaurantes de estrella Michelín y otros pequeños caprichos con lo que nos ha dotado el estado del bienestar y mi peculiar pedantería. Por ello, es normal que me haga gracia la escena de la sangría con Petrus, la vuelta a la segunda juventud y mandarlo todo a "freir esparragos". Es la condición humana y una de las cosas más importantes y de la que más me precio; haber mantenido mis amistades todos estos años.
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