lunes, 8 de junio de 2015


CONSIDERACIONES SOBRE "MAD MAX: FURIA EN LA CARRETERA"

Aparte de la nueva entrega de "La guerra de las galaxias" que llegará en diciembre, esta era la cinta que más me apetecía ver en este 2015, sobre todo después de ver su "trailer". Parecía una obra espectacular e inclasificable. Justo, lo que es este "Mad Max", una joya que con el paso del tiempo se podrá observar toda su dimensión.
Un largometraje que va más allá del cine de acción. Una cuarta parte que supera las anteriores, porque se podría esperar que "Mad Max: furia en la carretera" fuese un remake de su primera entrega, pero nada que ver. Un delirio audiovisual que supera cualquier barrera y que me ha dejado "agarrado" a la butaca en sus dos horas de metraje. Así da gusto ir al cine.

George Miller ha creado un monstruo, con un guion firmado por él mismo, junto a Brendan Mc Carthy, director artístico en ciencia ficciones de los noventa y Nick Lathouris, mediocre actor, bajo una premisa simple y eficaz. Ayudar a una mujer a escapar de las garras de "Inmortan Joe", con unas cuantas hembras raptadas por el villano, a través del desierto, en un camión de guerra contra todo un ejército automovilista. Y su visión de los coches es genial y ahí radica su éxito, pues todas las persecuciones, choques y explosiones están filmadas "a la antigua usanza", sin utilizar en demasía los CGI, y en los tiempos que corren es tan de agradecer, que "Mad Max: furia en la carretera" parece en más de un momento, una película entre dos épocas, la actual y los ochenta y noventa, pero con un sentido del espectáculo y una imaginación desbordante.
Si el guion es bueno, es incomparable con la dirección. Todo un prodigio de alambicados planos, de puesta en escena y de saber narrar mediante imágenes. para mi, Miller ha construido su mejor obra, superior a las tres entregas, a la burtoniana "Babe, el cerdito en la ciudad" o la minusvalorada "Las brujas de Eastwick". No tengo ni idea como lo ha conseguido, pero las escenas rodadas con todos los vehículos son las más grandes que he visto jamas con dos, cuatro o más ruedas. De una brillantez que abruma. A esto hay que sumar una dirección de actores notable con un Tom Hardy sustituyendo de forma aceptable a Mel Gibson, rudo, callado y muy duro, dando la réplica a una Charlize Theron, tal vez con demasiado peso argumental pero notable, un Nicholas Hoult magistral en su sobreactuación. Tanto como el "malo", Hugh Keays- Byrne, el inmortal "Cortadedos" de la primera parte y que aquí lo vuelve a "bordar" como "Inmortan Joe". Todo el reparto es fantástico.
Pero lo que apoya todo este compendio de buen hacer es un equipo técnico brillante y eficaz, comenzando con la alucinante fotografía del cuatro veces nominado y ganador del Oscar por "El paciente inglés" John Seale, el abrumador montaje, uno de los "platos fuertes" del filme, que mejora todas las vibrantes secuencias por el desierto , a cargo de Margaret Sixel, a la que no conocía y a la que habrá que seguir en sus próximos trabajos, la banda sonora del cada vez mejor Junkie XL, a la altura de su gran partitura para "300: el origen de un imperio" o todos los decorados y dirección artística, de los relativamente recientes como principales responsables, Shira Hockman y Jacinta Leong, aunque lleven trabajando en el departamento de arte, toda su carrera. Huelga decir, que los efectos visuales y de sonido son una maravilla, los de ordenador pero sobre todo "los de toda la vida" son inolvidables. Tanto como este "Mad max: furia en la carretera". Una obra grande, que cuenta bastante más de lo que parece, pero encima, lo narra con imágenes tan sobrecogedoras que solo se puede albar tal despliegue de imaginación.

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