jueves, 30 de junio de 2016


CONSIDERACIONES SOBRE "EXPEDIENTE WARREN. EL CASO ENFIELD"

De vez en cuando, solo pocas veces de vez en cuando, sale uno del cine extasiado, con la sensación de haber visto algo muy grande, una película que tiene todos los visos para convertirse en un clásico con los años. y es una de las sensaciones más gratas a las que un cinéfilo puede llegar jamás.

El caso es que desde que llevo escribiendo esta bitácora, solo en un para de ocasiones me ha dado esa sensación y las dos fueron en el 2013, una con el "Gravity" de Alfonso Cuarón, una revolución estética y en el cine en 3 dimensiones que encima narraba el triunfo del individuo sobre el estado, o sobre la no existencia de estado, y la otra fue el "Expediente Warren (the conjuring)", una genialidad del cine de terror moderno que estoy seguro que se va a recordar en el futuro.

Lo grandioso de la primera parte era crear terror moderno con los fundamentos de los clásicos y conseguir crear una atmósfera de pánico y miedo, mediante una alambicada puesta en escena con planos complejos, en buena parte excasivos, una ambientación perfecta, situándonos en el espacio temporal y zonal como pocas veces se ha visto en un largometraje y buscando el equilibrio en el reparto, donde todos crean una magníficas composiciones. El resultado es conocido, así que las miras eran altas en esta continuación que responde a las expectativas, aunque no supera el original sigue siendo una maravilla fílmica digana de un análisis concienzudo que el espacio reducido de un blog no puede ofrecer.
Gracias al endemoniado, nunca mejor dicho, guion de la primera parte han abierto una vía por donde puede caber cualquier cosa, pues los casos reales de los demonólogos Ed y Lorraine Warren pueden llevarlos en busca de malvados espíritus por todo el orbe. En esta ocasión se trasladan al norte de Inglaterra para ayudar a una viuda y sus hijos perseguidos por un maligno fantasma que les hace la vida imposible. Y nuevamente Wan vuelve a dar una lección de puesta en escena, moviendo su cámara por el decorado de tal forma que parece estar rodado en una casa real, con unos planos conseguidos y efectistas, alternando unos travellings y dollys casi matemáticos, mezclados por esos medios de esquinas y rincones sombrios y ténebres donde se sabe positivamente que nada bueno hay, que algo infernal se oculta pero manteniendo una distancia prudencial que parece mantener seguros a los personajes antes del seguro acercamiento de la persona o el ente siniestro. Algo que lleva repitiendo wan en toda su filmografía pero que sigue resultando espectacular. Además cuenta con otra lección de ambientación trasladándonos al lluvioso norte de inglaterra en el final de los setenta y principio de los ochenta, ayudado por otro increible guion que firma junto a Chad y Carey Hayes, que repiten como autores de los casos de los Warren y que a pesar de las más de dos horas y cuarto de metraje consigue tenernos "pegados a la butaca" durante toda la proyección, aunque sin tantos sustos, aunque "El hombre retorcido" es una sensacional idea que entorna con otro título interesante de los últimos años como es la australiana "Babadook". Los que también repiten son Patrick Wilson y Vera Farmiga que encabezan un reparto soberbio, donde todos están bien, incluido los niños, cosa harto extraña. la excelsa fotografía la firma un técnico solvente como Don Burgess que sustituye a su habitual John R. Leonetti, que se ha pasado a la dirección aunque sin perder el contacto con Wan, pues su trabajo más importante es "Annabelle", "spin off" de uno de los monstruos de Expediente Warren, como paso con su guionista Leigh Whannel, que dejó la pluma por la cámara en "Insidious 3", todas ellas con banda sonora de Joseph Bihara, que como es norma también compone una música de escalofrío que sirve para conseguir, aun más, introducirnos en un mundo aterrador y sobrenatural donde cualquier cosa es posible. Espero que la tercera parte sea rodada, pues material, y talento, tiene a raudales.






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