CONSIDERACIONES SOBRE "MÁS ALLÁ DE LAS MONTAÑAS"
Es bastante extraño que estrenen por estas latitudes tan meridionales una película asiática que no sea de terror o animación. La última que pude ver estrenada fue "The grandmaster" hace un par de años, cinta medio china, medio hongkonesa de Wong Kar Wai, uno de los fijos en todos los festivales pero con un prestigio labrado durante muchos años.
En el caso de "The Grandmaster" se debía el estreno a su director, como puede suceder con otros nombres referentes en el cine del extremo oriente como el chino Zhang Yimou, los coreanos Boon Joon Ho o Kim Ki Duk, sin olvidar el terror y ña animación japonsa que de vez en cuando consiguen algunos éxitos mundiales. El realizador de "Más allá de las montañas" es otro fijo en los festivales como Zhangke Jia, cuyo mayor éxito fue hace unos años con "Un toque de violencia" y su premio al mejor guion en Cannes, festival en el que compitió la que nos ocupa y gracias a ello ha conseguido su repercusión internacional.
La cinta no deja de ser un eficaz melodrama, con detalles originales y momentos interesantes aunque algo irregular y con ciertas limitaciones que cada día me sorprende más que casi nadie pueda notar. Me explico: si un error evidente está realizado a propósito con algún fin es una concepción visual arriesgada pero válida por parte de su creador. Ejemplo puede ser el desenfocado con el que comienza "El hijo de Saúl", último Oscar a film de habla no inglesa o en territorios más comerciales el salto de eje de "Las dos torres", cuando el Golum decide si quiere matar a Frodo y compañía o ser Smigol y salvarlos. Lo que no puedo entender que se pondere pelotazos de luz reflejados como en alguna de Eric Rohmer, y es un director que me encanta, los desenfocados y mala planificación en el tiro de cámara en alguna de Abbas Kiarostami o el cambio sin sentido de grano en, por ejemplo, "21 gramos" de González Iñárritu. Chapuzas indignas de un film con cierta pretensión. Aquí con ciertos planos nocturnos pasa igual, parece que no están bien etalonados y el color es diferente que el resto del conjunto de la narración.
El otro aspecto en donde erra "Más allá de las montañas" es en su complicado guion, no por difícil de seguir sino por como se desarrolla, pues encontramos tres actos diferenciados, una primera parte donde se nos sugiere y presenta el triángulo amoroso de dos amigos que pretenden a la misma mujer, uno de ellos rico, dueño de una gasolinera y con gran futuro y otro mucho más modesto que trabaja en el almacén de una mina. El hecho de que la mujer elija al rico llevará al otro a marcharse para siempre. De finales de los noventa pasamos a 2015, donde el rechazado ha rehecho su vida, se ha casado tiene un hijo y al trabajar en el interior de otra mina ha contraído silicosis y vuelve a morir más dignamente a su lugar natal. Allí descubre que su primer amor se ha divorciado del cada vez más rico Jinsheng, que se ha quedado con la custodia de su hijo Dollar, aunque ella y su familia están bien situados al poseer la gasolinera, entendemos que como acuerdo del divorcio. la tercera nos lleva al futuro 2025 en Australia, donde Dollar tiene una historia de amor con su profesora de chino, mientras que Jinsheng no consigue adaptarse al mundo occidental, ni siquiera aprendiendo el idioma, mientras que la pareja planea volver a China a que Dollar vea a su madre.
Narrada con los silencios propios de cine chino y con esa cadencia al hablar tan difícil de doblar. De hecho me sorprende mucho que se haya doblado al español y no dejarla en su versión original en mandarín, cantonés e inglés con subtítulos, funciona con altibajos durante las dos horas de metraje, sobre todo gracias a la interpretación de Zhao Tao, musa y esposa del director que borda su complicado papel y que emociona mucho en su emotivo final, con un baile especial tras hacer kilos y kilos de dumplings durante todo el fin. Un dim-sum que parece apetitoso y que sirve como algo más que un detalle, pues todos los personajes se unen a través de ese plato. Cosa curiosa, casi tanto como que el título de la película aparezca al concluir el primer acto a los cincuenta minutos de película. Una propuesta original y un riesgo por parte de los distribuidores que desde aquí agradezco.
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