viernes, 22 de noviembre de 2013


CONSIDERACIONES SOBRE "BLUE JASMINE"

Desde los años ochenta, Woody Allen lleva estrenando una película por año y desde "Hannah y sus hermanas" he visto todas en el cine. No he fallado nunca. Ahora toca esta nueva historia donde vuelve a rodar en EE.UU., tras su irregular itinerario por Europa. Tan irregular como su filmografía de los últimos años y éste "Blue Jasmine".
En lo que llevamos de siglo XXI, en sólo unas pocas me ha parecido ver el genio alleniano y no una decadencia visible en un director al que admiro y con el que he crecido. Salvo de esta "quema"; "Todo lo demás", a ratos "Melinda y Melinda", "Si la cosa funciona" y "Midnight in Paris". Cuatro de catorce es un pobre bagaje para un señor que ha escrito y realizado "Annie Hall", "Hannah y sus hermanas", "Manhattan" o "Delitos y faltas".

"Blue Jasmine" no llega a cotas de ridículo como la espantosa "A Roma con amor" o las muy deficientes "Vicky Cristina Barcelona" o "Scoop" y en algunos momentos se advierte el enorme talento de Allen para mezclar con sabiduría la comedia y el drama. Una historia que parece homenajear "Un tranvía llamado deseo" de Teneessee Williams, aunque aquí no haya violación. Una millonaria neoyorkina, caida en desgracia, va a visitar a su hermana adoptiva en San Francisco, donde repudiará su modo de vida y sus relaciones de clase muy inferior, mientras cae en el alcoholismo y la locura.
Y desde el aspecto técnico, apenas se puede poner un "pero", destacando la preciosa fotografía de Javier Aguirresarobe y desde el punto de vista artístico, los actores están muy bien, como en casi todas del autor de "Maridos y mujeres", pero se eleva por encima de todos, una Cate Blanchett, guapa "a rabiar" y que construye un personaje sin el que sus actitudes dramáticas hubiesen conseguido convertir en creible. Ella, sin duda, es lo mejor de "Blue Jasmine". Un intento de volver a su ambigua moral, que me dejó tan impresionado justificando un asesinato en "Delitos y faltas" para plagiar la idea en la sobrevalorada "Match point" y que funciona, como he dicho antes, cuando intenta crear tragicomedia, aunque los protagonistas sean caricaturas excesivas. Los ricos son elegantes, snobs, cultos e insoportables y los pobres son macarras, paletos, manejables e imbéciles. Es decir, ninguno es simpático y es imposible tener la más mínima empatía por ellos.
No se si esto es bueno o no, pues muchos de los temas e individuos de sus filmes suelen ser muy ajenos a mi personalidad, ya que no soy ni rico, neoyorkino o judío pero aún así he disfrutado gran parte de su obra, unas veces solo y otras con algunas de las personas más importantes que han pasado por mi vida. Por lo que Woody Allen siempre estará como parte esencial de mi "educación sentimental". ¿Cómo no va a serlo, si "Hannah y sus hermanas" la vi por primera vez con trece años, me encanta el jazz, en buena medida por él y algunas de sus creaciones están entre mis favoritas?. Mención aparte son aquellos estrenos que he visto con mujeres a las que he querido mucho... y que supongo que también me quisieron. Toda una educación sentimental. Eso si, "Blue Jasmine" la vi solo.

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