CONSIDERACIONES SOBRE "EL COLOQUIO DE LOS PERROS"

Nunca he sido muy amigo de las adaptaciones libres del teatro clásico, más bien al contrario, pero reconozco que esta curiosa versión de una de las grandes novelas ejemplares de Cervantes tiene numerosos aciertos y todo un catálogo de diálogos muy políticamente incorrectos.

Y es que hay que decirlo: Albert Boadella es uno de los más grandes que ha dado el teatro en España, un hombre lúcido, independiente y un dramaturgo excepcional, tanto en sus obras propias como en adaptaciones tan logradas como esta.

Y eso que embarcado en los teatros del Canal de Madrid, deja el puesto de director de escena a Ramón Fontseré, que además se reserva el personaje del perro Cipión. Le acompañan Pilar Saenz como Berganza y Dolors Tuneu, Xavi Sais y Xevi Vilà como el resto de personajes, alguno como el guardia de la perrera llamado Manolo, inventado del todo y la gran mayoría son interpretaciones para este siglo XXI. Algo que como dije en el encabezamiento, soy poco amigo. ¿Por qué hay que reescribir algo que ya de por sí es suficientemente poderoso? Lo que sucede es que la gran mayoría de actualizaciones suelen ser bastante mediocres o cuanto menos discutibles. Todavía recuerdo un "Hedda Gabler" de Ibsen, sin ningún sentido y con "autor" dispuesto a "enmendarle la plana" al inmortal creador de "Casa de muñecas". Se puede ver cualquier montaje con directores dispuestos a reinventar la obra, sobre todo en ópera, donde en mis años de abonado en el Teatro Real de Madrid y mis peripecias por algunos europeos, he visto casi de todo y en muchos casos provocación, sin demasiado sentido y respeto al clásico.
Aquí, se inventan personajes, situaciones e incluso cambian el sexo a uno de los perros, pues en el original de Cervantes, Berganza es macho, pero a pesar de ser completamente libre, se ve el espíritu crítico que quiso reflejar Cervantes en las diferentes escenas que se van sucediendo, ante la mirada atónita de un público sorprendido.
Y es que Els Joglars "repate estopa" para todos; la izquierda, la derecha, los ricos, los pobres o los animalistas, por lo que alguna parte del público puede sentirse muy enojada. Por suerte, en el teatro donde vi la obra, no suele ir demasiada gente joven y muchos de mis conocidos, pues imagino que no les hubiese hecho ninguna gracia verse reflejados con carácter irónico.
Y es una de las cosas que admiro en esta Compañía, así con mayúsculas. Su compromiso con la independencia, lo que les puede hacer acabar en la cárcel con el estreno de "La torna". Vi muchos años después el montaje de "La torna de la torna" y me pareció excepcional, acabar defenestrados con Felipe González o José María Aznar o ser vilipendiados por el nacionalismo catalán que ellos combaten con genialidades como "Ubú, president". Esto último, siempre me ha hecho gracia; ¿como se puede llamar fascista a quien si ha luchado contra Franco?. Pienso que en muchos casos el comunismo ha confundido la lucha de clases con el nacionalismo, que por lo menos en España, suelen ser de corte clasista y racista.

Luego vendrán los que hablan de un nacionalismo español. Una ridiculez, pues nacionalismo es el anhelo o aspiración de un pueblo para conseguir un estado propio, lo cual en el caso de España sería negarla como nación. Pero estas son de las ideas "que calan" entre la población. Pensamiento débil y dejarse llevar por lo sentimientos como muchas veces he escrito aquí. Así que seguirán emitiendo tarjetas de demócratas a quien no lo son y llamando fascistas a quien lucharon contra Franco. Es como aquella diputada que llamó fascista a Enrique Múgica, cuando era defensor del pueblo, a cuenta de la ley antitabaco. Que alguien ose llamar fascista a Enrique Múgica demuestra un desconocimiento increible de una de las pocas figuras socialistas que acabaron en la cárcel con Franco, familia materna asesinada en campos de exterminio nazis, padre muerto en la Guerra Civil y hermano asesinado por E.T.A.. Y todavía con esta biografía, se le llame fascista. Está claro que estos tiempos están locos.