jueves, 23 de mayo de 2013


CONSIDERACIONES SOBRE "EL GRAN GATSBY"

En la entrada que nos ocupa, concretamente esta, vamos a hablar de uno de los posibles "taquillazos" de esta primera parte de la temporada. Se trata de la nueva adaptación de la extraordinaria novela de Francis Scott Fitgerald; "El gran Gatsby". La dirige el australiano Baz Luhrmann, un tipo que no suele dejar indiferente y que posee un gran número de seguidores y detractores, aunque por desgracia, supongo que me encuentro en este último grupo.
Y en este nuevo filme, vuelve con ese estilo tan característico marcado por la ampulosidad, lo excesivo y el "kistch". Tal vez, es demasiado pretenciosa para mi, pero me ha ocurrido con toda su filmografía comenzando con su, en mi opinión, horrenda versión de "Romeo y Julieta", continuando con ese videoclip infinito llamado "Moulin Rouge" o con la aburrida y nefasta "Australia". Ésta al menos, me ha entretenido algo más, aunque ciertos recursos narrativos me han indignado bastante. Y es que no consigo entender que tiene de novedoso, utilizar música "dance" o electrónica actual en una película situada en los años veinte. Lo mismo sucedía en "Moulin Rouge", donde se "destrozaban" sin misericordia, grandes temas de "Queen" o "The Police". Imagino que la posmodernidad es algo que me llama bastante poco la atención, y en el arte aún menos.
En su descargo, hay que decir que el reparto funciona bien, la pareja protagonista está muy correcta y demuestran sus dotes interpretativas tanto Leonardo Di Caprio como Carey Mulligan, que empieza a hacerse un merecido hueco entre el "star system" hollywoodiense y están acompañados a la perfección por Tobey Maguire y Joel Edgerton.
En cuanto a los técnicos, pocas sorpresas con una fotografía efectista y colorista, como siempre ha gustado a Luhrmann que firma el actualmente no demasiado importante Simon Duggan, hasta ahora un semi especialista en películas de ciencia ficción, banda sonora donde destacan las canciones y en el que queda relegado a un segundo plano la música original de Craig Amstrong, como también ocurría en "Moulin Rouge", un montaje acelerado, muy próximo al video musical y trabajado que firman Jason Ballantine, Jonathan Redmond y Matt Villa y en lo que más ha insistido Luhrmann que quedase bien que es la escenografía y dirección artística, muy cuidada, barroca y recargada con exceso.
No tengo claro si este tipo de películas, son un homenaje más o menos contenido, de las novelas que versionan o es un intento posmoderno de "enmendar la plana" o corregir el clásico, de hecho, los posmodernos negaban la autoridad o la intención del autor original y no sería de extrañar que Luhrmann se sintiese en un plano superior como artista, al propio Francis Scott Fitgerald.
Por mi gran amor a la ópera, he conocido multitud de directores de escena que intentan mejorar con sus delirantes escenografías, el original, de unos autores, que por otro lado suelen ser grandes genios y así se suele llegar al más completo ridículo cuando te sientes superior que Mozart, Wagner o Beethoven, por muy radical o transgresor que uno se considere. No tengo ni la más remota idea, de si Baz Luhrmann en de este colectivo, a nivel cinematográfico, pero a decir verdad, en más de un momento lo parece.


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