jueves, 16 de mayo de 2013



CONSIDERACIONES SOBRE "UN LUGAR DONDE REFUGIARSE"

No suelo leer best sellers y en el caso que nos ocupa hoy, pienso que ha sido un error, ya que "Un lugar donde refugiarse" se basa en una novela del aclamado Nicholas Sparks, autor de "novelas rosas" llevadas al cine en múltiples ocasiones, como "Mensaje en una botella", "Un paseo para recordar", "Querido John" o la celebérrima "El diario de Noa". La culpa es mía, ya que de haberme informado, hubiese sabido este dato y no habría gastado mi dinero en la entrada del cine.
El motivo que me hizo acudir al multicine fue su director Lasse Hallström, un autor que aunque irregular, suele ofrecer artesanía en su modo de entender la puesta en escena.Y no se puede poner un pero a la cuestión técnica, ya que la fotografía, de Terry Stacey, es de un preciosismo absoluto y dan ganas de ir de inmediato al pequeño pueblo costero de Carolina del Norte, donde se desarrolla la acción. Pero este precisamente es uno de los grandes problemas del cine de Hallström. Suelen ser postales filmadas, un precioso envoltorio con unos hilos argumentales bastante débiles. Debo decir, que su "opera prima", "Mi vida como un perro" me encantó, una de esas "pelis" que recuerdo con agrado y que no me importa revisitar, pero donde ha hecho carrera es en Hollywood con un sello de supuesta calidad, que al final siempre genera unas expectativas insatisfechas y así lo atestiguan, por ejemplo: "Las normas de la casa de la sidra", "Chocolat", "Atando cabos" o "La pesaca del salmón en Yemen".


Esta acaramelada narración comete un error manifiesto. El argumento no se sostiene de ninguna manera. Intentan unir el romanticismo más típico, y tópico, con el thriller y el resultado es previsible y disparatado en más de un momento. A ello contribuye, en buena medida, un reparto que naufraga hasta cotas abisales. la química entre los bellísimos protagonistas, Josh Duhamel y Julianne Hough, es inexistente y lo único sorprendente es saber cuantos pantalones cortos lucirán las piernas de la guapa Hough. a esto los secundarios tampoco acompañan, y los televisivos David Lyons y Cobie Smulders son incapaces de sostener sus papeles con dignidad.
Un guión que no funciona, unos actores muy "flojitos" y una sensiblería manifiesta, me llevan a considerar a este "Un lugar donde refugiarse" como un borrón importante en la irregular trayectoria de Lasse Hallström. Una pena.
Eso si, mientras veía esa bondad intrínseca de los personajes y el ridículo romance, donde adultos muy guapos, se comportan como preadolescentes en sus relaciones y donde la "miel" y el "algodón de azúcar" transitan sin complejos, he empezado a reflexionar sobre otros temas que no tiene mucho que ver con el filme.
Aquí la chica huye de un pasado tormentoso, para acabar en los brazos de un viudo con dos hijos. Y es curioso, observar como en España, más que por viudedades por divorcios, un porcentaje de población rehace sus vidas con los hijos de otra pareja. De forma personal, nunca he tenido el deseo de ser padre. Nunca me ha llamado la atención. Pero siempre he pensado lo sencillo que puede ser enamorarse de alguien con hijos de anteriores relaciones, y en mi caso más sencillo, ya que me acerco peligrosamente a los cuarenta, y encontrarse del día a la noche con una familia que no esperabas. Y eso es muy sencillo, casi tanto como esta película. y eso da para reflexionar un buen rato.

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