lunes, 15 de diciembre de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "EXODUS: DIOSES Y REYES"

Más o menos por estas fechas el año pasado mostraba mi temor a las nuevas películas de Ridley Scott, a raíz del estreno de "El consejero". Scott, un director capaz de rodar genialidades y obras maestras del cine pero que está en una evidente "caída libre" artística desde hace años pero aunque solo sea por su pasado, suelo pasar por taquilla con cada reciente trabajo.
Este "Exodus: dioses y reyes" no deja de ser una actualización de "Los diez mandamientos" pero sin garra. Una adaptación innecesaria que naufraga inmisericordemente en los procelosos mares de la industria cinematográfica y que pocos factores puede congregar a su favor y por contra apunta demasiados defectos.

El primero y principal son sus dos horas y media, que me resultaron interminables, lo cual es imperdonable como espectáculo, con el añadido que conozco la historia de memoria y por lo tanto sabía lo que iba a suceder y mientras puedo ver la segunda versión de Cecil B. De Mille, la de Charlton Heston, varias veces muy entretenido, esta me resultó soporífera, larga y muy tediosa. ya solo con eso, la suspendería pero el desaguisado que a realizado Ridley Scott  voy a tardar tiempo en olvidarlo. Parece mentira que un guión donde aparece gente del talento de Steve Zaillan ("La lista de Schnidler") o Jeffrey Caine ("El jardinero fiel") sea tan nefasto con unos diálogos pueriles y tan poco elaborado, no se si el grueso del trabajo lo escribieron los otros dos firmantes y ellos solo ayudaron o no lo entiendo. No creo que sea necesario contratar a cuatro profesionales para este resultado, ya que si los diálogos no son buenos, las lagunas y carencias se acentúan según transcurre la acción y algunas fases resultan muy atropelladas y otras parecen alargadas sin necesidad.
Tampoco ayuda mucho la puesta en escena de Ridley Scott, basada en los efectos por ordenador, que además como me sucedía en "Gladiator" me resultan falsos, sobre todo la figuración, con muchas "figurillas" en el horizonte que parece claro que no son humanas. Está claro, que esto abarata los costes de producción pero pierde la magia. Toda la realización está supeditada a los efectos visuales por lo que se puede entender la falta de desarrollo de la historia pero además se junta el ateísmo cientificista y anticristiano, como sucedía en "El reino de los cielos" donde los malos y bárbaros eran los cruzados y los buenos y cultos los musulmanes o ese "canto al desastre" llamado "Prometheus", donde el hombre descendía de unos extraterrestres que intentaron acabar con su creación sin conseguirlo. Aquí en un alarde sin precedentes en cine basado en textos bíblicos, Moises parece ser una persona con graves trastornos de personalidad, solo él puede ver a dios con forma de niño, y las plagas tienen su explicación lógica, lo cual lo hace más risible e incoherente. Y eso que soy ateo, y por supuesto no voy a creer en ningún dios ni órgano regidor de la humanidad, bueno o malo pero no creo que el canal para hablar de metafísica sea este por muy bien preparado que uno este, lo cual tampoco creo que sea el caso de Ridley Scott. Tal vez el cáncer que contrajo su hermano Tony Scott y que le llevó a suicidarse tenga algo que ver. No se, todo puede ser. Antes hacía cosas tan interesantes como "La sombra del testigo", "Black rain" o exitazos del tipo "Thelma y Louise".

Es que ni la dirección de actores funciona, con una pareja protagonista sin fuerza y donde Christian Bale realiza la peor interpretación que le recuerde y Joel Edgerton parece que su Ramsés le queda algo grande. Los secundarios muy desaprovechados, desde Sigourney Weaver, Aaron Paul, María Valverde y Ben Kingsley y solo el Seti de John Turturro "alza algo el vuelo".
Debut como editor con Ridley Scott,  del ayudante de Pietro Scalia que no tiene el mejor comienzo con un montaje que parece hecho con prisa y muy deslabazado, fotografía correcta de Dariusz Wolski que firma su enésimo trabajo con Scott y banda sonora de Alberto Iglesias que no destaca y que en algunos temas me parecieó similar al preludio de "El oro del Rin" de Richard Wagner.
Vamos, que quitando los efectos especiales, tanto de sonido como visual, este "Exodus: dioses y reyes" se me antoja como la primera gran decepción de estas navidades. Aún así, pienso que seguiré dando una nueva oportunidad a este director británico, todavía confiando que algún día reverdezca viejos laureles.

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