sábado, 27 de diciembre de 2014


CONSIDERACIONES SOBRE "EL HOBBIT: LA BATALLA DE LOS CINCO EJÉRCITOS"

Primera ocasión en El curioso observador en que una trilogía es analizada bajo mi punto de vista, tras "Un viaje Inesperado" en el lejano diciembre de 2012 y "La desolación de Smaug" en el mismo mes del año pasado. Siguiendo la tradición, se estrena en este último mes su tercera parte, para finalizar la serie de El Hobbit.
Y tras ver las tres e intentándolas juzgar en su conjunto, tengo que decir que como se esperaba, un libro de unas doscientas páginas no da para tres películas de dos horas y media cada una. Es demasiado.

Están bien rodadas y tienen momentos muy buenos pero hay demasiadas escenas alargadas o "cogidas con pinzas" en un guión que no tiene demasiado sentido y que solo algunas ideas, que pueden irritar, consiguen sacar a flote tamaña empresa, pero siempre dando la impresión que todo se podía haber rodado en un único filme, a lo sumo dos y por ello han tenido que inventar personajes, secuencias y toda una parafernalia que parecen los fuegos de artificio que fabrica Gandalf para diversión de los hobbit.
Pero vamos a intentar analizar esta en solitario y no toda la obra en conjunto. La cinta se divide en dos, una primera parte de una hora donde el pueblo del lago derrota al dragón Smaug y tiene que escapar a las montañas donde Thorin tiene serios problemas al recuperar el tesoro y caer bajo el influjo del mal del dragón que duraría una hora o un poco más y una batalla de cerca de hora y media, a la que alude el título que acaba convertida en una parodia de sí misma. Y ante la falta de material, a la broma han recurrido los guionistas Fran Walsh, Philippa Boyens, el propio Jackson y Guillermo Del Toro, ya que durante la batalla podemos ver un montón de momentos del cine de serie B pero con el grandísimo presupuesto que maneja la historia y que nadie se sorprenda de ver acometer al enemigo a lomos de un alce enorme o un jabalí, enanos escalando lo que parece una cordillera encima de unas cabras montesas, muy extrañas y cómicas muertes de unos cuantos trolls y escenas por el estilo. Se le notan los orígenes a Peter Jackson cuando apenas disponía de dinero para rodar joyas como "Mal gusto". Me parece un acierto pero entiendo que los defensores del libro pongan "el grito en el cielo" ante tamaño cambio. Eso sí, ganas tenía de saber en que acababa la tremenda historia de amor entre el enano y la elfo inventada Tauriel. La cosa no deriva en bizarros paraderos y pienso que puede verlo toda la familia pero prometía que podía acabar de la forma más extravagante posible.
Uno de los peros mayores al largometraje es el exceso de efectos visuales por ordenador, ya que compone el mayor tanto por ciento de la narración y entre persecuciones y gente corriendo, secuencias de acción que parecen sacadas de un videojuego y una batalla tomada a broma pasan las tres partes sin que nos enteremos y con la sensación de que han ido a sacar un gran taquillaje, y lo han conseguido, a cuenta del sufrido espectador.
Los actores son todos grandes intérpretes y poco se puede decir en contrade este capítulo, la fotografía de Andrew Lesnie es lo esperado y sigue con su buen hacer reflejando la Tierra Media. Y casi todos son los técnicos de confianza en las dos sagas, con otra buena banda sonora de Howard Shore y el famoso montaje en paralelo de la serie, a cargo de de Jabez Olssen.
Graciosa película, no aburre y pasan unas cuantas secuencias muy divertidas y de buen temple pero para que nos vamos a engañar. La sensación de "sacacuartos" está siempre flotando en el aire como un nazgul. Cuestionable adaptación. Entretenido resultado.

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